Toni Bolaño
que reluce bajo la estelada
Ómnium Cultural forzó ayer el cese de su presidente de la comarca del Voltregà. Sin embargo, lo hizo de malos modos. Matando al mensajero, cuando la infección estaba dentro. El perfil de su presidente poco o nada tiene que ver con el espíritu y la función de Ómnium. La organización cultural perdió ayer la virginidad. Quizás la perdió el independentismo en su conjunto. No están acostumbrados a que les pongan colorados. La denuncia de este diario se realizó para poner blanco sobre negro que manzanas podridas hay en todas las despensas. Para salvar al resto hay que apartarlas. No todo el mundo es pata negra. Algunos sólo quieren aprovecharse. Otros, medrar. Y otros, esconder sus bajezas. Estos elementos hay que extirparlos. En cualquier organización política, cultural, benéfica o económica.
La denuncia no era contra Ómnium ni contra el proceso soberanista. Ésa es la excusa que utiliza el nacionalismo para tapar sus vergüenzas. No se escondan bajo la bandera. Lo hizo el president Pujol cuando se preguntó quién coño era la UDEF, cuando la división especializada de la policía denunció cuestiones irregulares de sus hijos. De momento, Oleguer y Josep Pujol Ferrusola se acogieron a la amnistía fiscal y pagaron un pico a Hacienda. Jordi Pujol Ferrusola está siendo investigado y su mujer está imputada. Lo hizo también CDC cuando se destapó todo el «caso Palau» o cuando Oriol Pujol Ferrusola, secretario general del partido, fue imputado por el «caso de las ITV». También lo han hecho los socialistas cuando se han visto con el agua al cuello. También el Partido Popular. Cuando alguien denuncia, se agitan las autodefensas y bajo el grito de «nos atacan» se cierran filas y se vocifera aquello de «ni un paso atrás».
Esto es lo que ha hecho Ómnium. En su comunicado afirman que David Ventura Aparicio ha dimitido por las mentiras y calumnias vertidas en el artículo de LA RAZÓN. No especifican cuáles son las mentiras y las calumnias. No sabemos si es mentira que fue condenado por el asesinato de un joven hincha del Español. No sabemos si es mentira que justifica los hechos viéndose a sí mismo como un patriota que luchó contra el fascismo y la represión de la «democracia española». No sabemos si es mentira su artículo publicado en un diario digital o en la web de su partido, ahora asociado a Convergencia Democrática. No sabemos si es mentira que fue detenido por dar una paliza a dos ciudadanos magrebíes. No sabemos si es mentira que quiere que todos los no partidarios del proceso secesionista de Cataluña sean juzgados por colaboracionistas. No sabemos si es mentira que sea de Ómnium, o de la Asamblea Nacional Catalana.
Lo que sí sabemos es que sin denuncia este personaje seguiría al frente de Ómnium Cultural en la barcelonesa comarca del Voltregà. Todo el mundo lo conocía pero nadie abría la boca. Incluso lo jaleaban. También sus amigos de la Asamblea Nacional, con los que todavía ayer su paseaba ufano por las calles de su pueblo. No se refugien bajo la estelada, ni el señor condenado por asesinato ni la dirección de Ómnium. No es patriota todo lo que reluce bajo la estelada.
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