Julián García Candau

Nostalgia del extremo

Los entrenadores deben ser, por encima de todo, individuos con el debido sentido común para alinear a los mejores jugadores en cada puesto. Las emociones las han de producir los futbolistas que, como decía un técnico en su defensa, él los colocaba bien, pero luego se movían. Carlo Ancelotti acertó al alinear a Marcelo como titular. Del lateral izquierdo brasileño siempre se dirá que no es un defensor con todos los predicamentos. De su juego también se deberá decir que con sus carreras por la banda abre el juego y proporciona a sus compañeros balones al área en los que el remate puede llevar al gol. Así fue el primer tanto de cabeza de Cristiano.

El fútbol actual ha perdido a los extremos clásicos. Tal vez la ausencia de este tipo de jugadores, además de nostalgia, causa melancolía. Cada vez que Marcelo lleva el balón hacia el área contraria crea peligro. Por el otro lado, Di María practica el juego de exterior clásico aunque cambie de lado y a veces entre por el centro. Sirvió de rabona –un lujo– el segundo tanto a Cristiano Ronaldo, también de cabeza, y remató su actuación con un disparo cruzado y otro gol al final del encuentro.

El Real Madrid continúa sin crear un juego que le distinga y al final, como ya sucedía el año pasado, tal vez hay que reconciliarse con el contragolpe, que aunque se adjudica a equipos de medio pelo, se celebra si hay victoria. A Ancelotti cabe exigirle que con la plantilla que dirige tenga más de una salida. Con dos extremos, el juego puede ser mucho más dinámico del que se crea con el toque si no hay velocidad.

Posdata. Los canteranos deben salir antes.