Lenguaje
Ortografía para periodistas II
Continuamos. 3. Los monosílabos no se acentúan. A los que ya se les quitó el acento a partir de 1959, es decir, fue, vio y dio, se suman ya todos los monosílabos como, por ejemplo, guion, truhan..., que son considerados por la DRAE de 2010 como puros monosílabos. Se salvan, lógicamente, aquellas palabras cuya tilde diacrítica las convierte en un vocablo completamente distinto a su homógrafo: sé/ se, dé/ de, mí/ mi, tú/ tu, etc. Se consideran, pues, faltas de ortografía las que vimos la semana pasada (solo y los pronombres demostrativos), además de todos los monosílabos. 4. La conjunción «o» ya no se acentúa al ser un monosílabo. ¿Y entre números? Tampoco. Las modernas escrituras en ordenadores y similares distinguen perfectamente el número de la letra, verbigracia, 50 o 60. A pesar del chiste de aquel que es recetado por el médico y le añade que se tome 1 o 2 galletas al día. A la semana, el enfermo vuelve fatal a la consulta y, ante la alarma del médico por verle en tal estado, el paciente le espeta: doctor, a la galleta 50 todavía llego bien, pero a la 102, ¡imposible! 5. Los prefijos se escribirán bajo la siguiente regla: si acompaña a una sola palabra, irán junto a esta (¡porfa!, sin acento), formando una sola: expresidente, provida, exesposa (que no «exmujer», salvo cambio de sexo). Y, si acompañan a dos palabras, entonces separado, formando tres vocablos independientes: ex primer ministro, pro derechos humanos. Estas son reglas sencillas que la RAE no ha sabido explicar ni difundir convenientemente. Luego hay otras novedades más discutibles como escribir Chaikoski sin la T inicial de su apellido original, escribir con minúsculas los accidentes geográficos (sí para «el golfo de Venezuela», por distinguirlo de Maduro, pero no para Islas Canarias), y otras de menor cuantía. Espero que LA RAZÓN, al menos, se ponga a la vanguardia ortográfica.
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