Paloma Pedrero
Otra educación
Esto no funciona. Estamos enseñando a los niños lo peor de nuestra cultura. Les estamos enseñando a violentar. Cada día lo vemos: acoso escolar y fracaso, suicidios en adolescentes, agresiones a los padres y profesores, enfermedades mentales, desolación y vacío. ¿Y qué hacen nuestros expertos políticos? Primero, maquillar la realidad. Segundo, cada uno que llega elabora su propia ley, su propio desastre. Desastre que consiste en ir cargándose el humanismo e implantando el tecnologismo. Desastre que consiste en acabar con la belleza e instaurar el falso orden. Fracaso en olvidarse de lo esencial y centrarse en lo superfluo. Fracaso por no querer ver lo que hay y agarrarse al poder tirano. Fracaso por no reconocer que estamos socialmente enfermos y hemos de curarnos.
Sé que para esto habría que cambiar el rumbo. Acabar con el sistema patriarcal que, como vemos, nos lleva siempre a los mismos lugares, guerras y más guerras, y luchar por hacer seres humanos pacíficos y conscientes. Hay que dar la vuelta a nuestras cabezas, sí. Pero hoy estamos preparados para ello. Hoy hay maestros que pueden conducirnos por otros senderos. La educación, queridos míos, ha de empezar por reconocer que estamos equivocados. Que somos pobres seres heridos agarrados al poder y al dinero para no caernos. Y que, sin embargo, nos dormimos con miedo y nos despertamos con angustia. Porque no encontramos el sentido de la vida. Para mí, desde mi experiencia, sólo se puede vivir de dos maneras. O en el ego, que te destruye. O en uno mismo para el otro. En el egoísmo, o en el amor. El amor, eso es lo que hay que enseñar en las escuelas. Empatía, artes, colaboración, pacifismo, ciencia y conciencia. Y es urgente hacerlo.
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