Rosetta Forner
Paradójicos
«Los encuestados están altamente satisfechos con su vida en general, sus padres y amigos» (sic, estudio «Jóvenes y Valores»). Preguntados por asuntos laborales, el 63,5% quiere tener un trabajo «como sea», aunque el 56% rechaza irse al extranjero. Les creo, aunque confieso no haber leído el estudio a fondo, basándome en mi «top of mind» (así nos referíamos los publicistas, en mi época, a nuestro olfato sociológico). Más que «satisfechos», están acomodados. Les falta energía para oponerse y darle un giro a esta sociedad, que se ha demostrado que no funciona en muchas cosas, y necesita una gran rehabilitación. El 66.5% rechaza el suicidio, el 60% defiende la eutanasia y el 40% la pena de muerte. Esta 'combinación' se explica si se adolece de profundidad moral, y se carece de la filosofía vital que se desprende de la experiencia, del haber asumido los resultados de los coscorrones vitales. Sólo cuando se reflexiona acerca del significado de la existencia, nos embarga en la humildad y la responsabilidad de sabernos co-artífice de nuestro destino. Nada se logra sin esfuerzo, lo cual es básico, ya que así nos apropiamos de nuestra existencia, maduramos psicológicamente como individuos y nos independizamos de la opresión de lo social. La mayoría de estos jóvenes parecen abocados a ser «buenos ciudadanos» haciendo un gran esfuerzo por adaptarse al sistema –cuando lo propio de la juventud es combatirlo–, en vez empeñarse en ser un «fuera de ley» –individuos librepensantes y libreactuantes, conscientes de que su papel, por ínfimo que sea, puede ayudar a mejorar el curso de la humanidad–, si osan abstenerse de hacerle la pelota al CdR (Club del Redil, alias Sociedad) pues prefieren liderar su destino. Según los resultados del estudio, no parece haber grupos claramente definidos: se echa de menos un liderazgo, del tipo que sea, pero liderazgo. Para que la juventud tenga consciencia, debemos enseñarles valores sólidos desde pequeños y los diversos rostros de la vida humana. Las soluciones hay que crearlas. No siempre estará «papá» o el Estado para ocuparse de las cosas. Paradojas de la sociedad actual.
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