César Lumbreras

Phil Hogan

La nueva Comisión Europea ha comenzado su andadura. El irlandés Phil Hogan es el comisario de Agricultura y ya manifestó, como todos los anteriores, que su objetivo fundamental para estos próximos cinco años es simplificar la PAC. Su propósito es loable, pero hay que ser muy escépticos porque cada vez que se ha anunciado algo similar ha terminado ocurriendo todo lo contrario. Las organizaciones agrarias y las cooperativas de la UE han valorado positivamente su designación y han recordado que Hogan subrayó “la necesidad de poner orden en la nueva PAC para ver qué puede simplificarse sin poner en peligro la eficacia de la nueva política”. A corto plazo el nuevo comisario debe gestionar las consecuencias del embargo ruso. Como aperitivo se habrá encontrado con las primeras cifras comunicadas por los Estados miembros a la Comisión Europea; reflejan que, de los 175 millones de euros en ayudas de urgencia solicitados en el marco del primer plan de apoyo al sector de las frutas y hortalizas perecederas, solo se habrían confirmado finalmente 55 millones de euros. Curioso. Otro problema candente es la utilización de la reserva de crisis para hacer frente a los gastos del embargo ruso. Los coordinadores de los cuatro principales grupos políticos de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo han pedido a Juncker que revise la propuesta de Bruselas de activar la citada reserva de crisis para financiar las ayudas de urgencia. En cualquier caso, el comisario de Agricultura no es el único importante para el sector agroalimentario. También habrá que seguir muy de cerca lo que hagan el encargado de las competencias de clima y energía, el español Miguel Arias Cañete, y la comisaria de Comercio, en las negociaciones del acuerdo con Estados Unidos. Se presentan cinco años apasionantes y complicados.