Julián García Candau

Pidió la hora

Como contaban las antañonas crónicas, el vencedor, en este caso el Barça, acabó el partido pidiendo la hora en el Benito Villamarín. El Real Betis no se resignó y en el segundo tiempo desactivó completamente el equipo barcelonés. Perdidos Xavi e Iniesta y sin presencia en ataque de Alexis y Pedro, el acoso bético, con disparos en los palos, se tornó en auténtica tormenta contra el equipo azulgrana. Lo que comenzó en recuento de goles del líder de la Liga, acabó siendo emotivo encuentro con serio peligro para el aspirante a campeón.

Todos los pronósticos señalaban a Messi y Cristiano Ronaldo como el gran duelo de goleadores. Ayer se incorporó a la lucha por el Pichichi el colombiano Falcao.

El delantero centro del Atlético de Madrid le marcó cinco goles al Deportivo y se colocó en segundo lugar de la tabla con tres tantos más que el portugués. El argentino tenía su lucha particular con Torpedo Müller a quien debía arrebatar la marca de tantos en un año natural. En Heliópolis superó al alemán y su participación en el partido volvió a ser fundamental.

El Betis aspiraba a derrotar al Barça de la misma manera que se impuso al Madrid. La rapidez con que Messi marcó los dos primeros goles del encuentro domeñó, no obstante, al Betis. Bastó con que Mel diera entrada al joven Vadillo, –felizmente recuperado de la lesión– para que el equipo cobrara nueva visión de ataque. Jugada suya fue el gol de Rubén Castro y ello cambió el juego. El Barça tuvo que hacerse a la idea de que lo vivido al principio no iba a repetirse. El Betis había cambiado. Ya no había complacencia y respeto al adversario, sino espíritu de lucha y deseos irrefrenables de cambiar el marcador.