José María Marco

Política antiterrorista

Ayer lo explicó muy bien J.M. Zuloaga en las páginas de LA RAZÓN. La sentencia del Tribunal de Estrasburgo que permite liberar a varios presos etarras, entre ellos más de un asesino en serie convencido de haber cumplido una misión sublime, es consecuencia de la negociación de los socialistas con la banda etarra. La negociación viene de lejos, de cuando estaba vigente el Pacto Antiterrorista entre los partidos constitucionales durante el segundo mandato de Aznar. Continuó después, cuando se podía haber acabado con la ETA por otros medios, bajo la presidencia de Rodríguez Zapatero.

La clave de todo no era ni fue nunca el final de la violencia etarra, con la que, de hecho, no se ha terminado. La clave de toda la estrategia era la necesidad de sacar al Partido Popular del Gobierno y, más tarde, la de impedir que volviera a él. Eso, el que el centro derecha gobierne en España, es algo que los socialistas españoles no admiten. Así es la mentalidad del socialismo de nuestro país, y por eso resulta un partido tan ajeno a la cultura democrática del resto de Europa y tan radicalmente exótico con respecto a los demás partidos socialistas o socialdemócratas: una deformación esperpéntica, en el sentido estricto de la expresión.

Una España gobernada por el centro derecha es, en efecto, una anomalía histórica que el PSOE está obligado a remediar o a impedir. Puestos en esta perspectiva, la naturaleza de los medios es lo de menos. Todo se hace con las mejores intenciones y teniendo en cuenta tan sólo el bien público. Una vez entendido esto, que resulta sin duda un poco difícil de comprender, todo lo demás se aclara. Lo más maquiavélico, lo más cínico y descarnado pasa a ser una política honrada y generosa.

Los miembros del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo estarán convencidos de que han fallado teniendo en cuenta los más altos fines de la humanidad, en particular, el respeto a la Ley, que es, efectivamente, la base de toda convivencia civilizada. Pues bien, pecan por humildad, y es bueno hacérselo saber. Su sentencia está puesta al servicio de un designio aún más alto. Lo que han hecho los jueces de Estrasburgo es contribuir a impedir que España se despeñe otra vez en el piélago del despotismo y del oscurantismo, a las épocas siniestras de antes del socialismo obrero. También se entiende así otra cosa, y es que el socialismo español no haya conseguido reunir una mayoría absoluta desde el año 1993.