César Lumbreras
¿Qué hay de lo mío?
¿Me beneficia o me perjudica el nuevo régimen de ayudas de la PAC? Es la pregunta del millón que se hacen todavía la mayor parte de los beneficiarios de las mismas. Pues habrá que esperar hasta septiembre, cuando se asignen los derechos de pago único en base a los datos de las solicitudes de 2015, así como a la información que tiene el Ministerio de los importes cobrados en 2014 y de la superficie por la que se recibió ayudas en 2013. También habrá que meter en la coctelera lo de las ayudas acopladas, si se es joven agricultor y si se cumple con el reverdecimiento. Al final, cuando cada uno sepa el dinero que recibirá, calculará si cobra más o menos que hasta ahora y si queda mejor o peor. En función de eso dirá que ha salido beneficiado o perjudicado en la nueva distribución. Faltan, por lo tanto, unos meses hasta que eso llegue. En cualquier caso, es importante tener en cuenta que será prácticamente un milagro que un beneficiario perciba el mismo importe que hasta ahora, porque hay un nuevo reparto de las ayudas, idea que ha pasado bastante desapercibida por el momento.
Dicho lo anterior, es verdad que se puede contemplar con un cierto optimismo el futuro, porque el problema básico, el de si iba a haber dinero, o no, para pagar las ayudas hasta 2020 ha quedado despejado, aunque con algunos matices. Globalmente, España salió bien parada de la última negociación, sobre todo si se tiene en cuenta que, por primera vez en la historia de la UE, se ha reducido el presupuesto global de las arcas comunitarias y también el destinado a la PAC. En ese contexto, la delegación de Madrid logró mantener nuestra «tarta». Ahora bien, al agricultor o ganadero beneficiario que pase a recibir menos dinero en el nuevo reparto, eso le importará muy poco y echará pestes de la nueva PAC. Sucederá todo lo contrario con el que ingrese más. Al final, la valoración de cada uno dependerá de la respuesta que obtenga a la pregunta clave: ¿qué hay de lo mío?
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