Reyes Monforte

¡Qué mareo!

Vamos a tener que llevar un avisador sincronizado con la agenda del smartphone para saber a qué velocidad debemos ir cada vez que nos subamos al coche, porque desde el Gobierno parecen estar jugando al despiste. Podría hasta ser divertido si no fuera porque los despistes en un terreno tan delicado como las carreteras se pagan caros.

Más que preocupados por si el coche ha pasado la revisión o si el nivel de aceite es el correcto, vamos a tener que estar pendientes del día, mes y año en que vivimos para saber si debemos ir a 100, 120 o, como acaban de anunciarnos, a 130 kilómetros hora a partir de 2014, aunque en un ejercicio de dislexia mental ni Gobierno ni DGT han sabido precisar ni en qué tramos ni en qué momento. No entiendo nada. Entonces, ¿para qué lo anuncian en plena operación salida de vacaciones? ¿Para mosquear al personal y confundirlo aún más?

Creo que es un tema demasiado grave para que cambien de opinión con la misma facilidad con la que lo hace el ministro Wert con su política de becas o de forma tan desconcertante como las explicaciones de los errores de la Agencia Tributaria en el verbo tan poco afortunado y chirriante del ministro Montoro. Están muy perdidos y, por lo visto, nos quieren perder a nosotros.

Nuestros políticos parecen divertirse jugando con nuestras vidas en un tablero donde ellos no dejan de cambiar las casillas, las reglas del juego y hasta las fichas de cada jugador. ¿Podrían centrarse un poco y dejar de marearnos a los conductores, y ya de paso, a los ciudadanos? Nos sentiríamos muy agradecidos y, especialmente, más seguros.