Quién

Por lo visto, España debuta mañana. Eso dicen. Si lo dicen, seguro que ocurre. España debuta mañana y lo hacemos en pleno chisme que señala al portero que habría de ser titular, David de Gea, como el tipo que, mientras estaba en la Sub-21, contrató los servicios de unas chicas de las que dos jugadores más acabaron abusando sexualmente. Es bonita la historia, ¿eh? La verdad es que me voy a morder la lengua porque aquí enseguida te tachan de antipatriota, de feminista, de podemita o de haberte cargado al perro Pancho, el de los anuncios de la Lotería. Así que mejor guardamos silencio hasta que nos digan que ya cae por su propio peso todo y animamos a nuestro muchachos que mañana debutan contra la República Checa, con lo guapos que son los checos, Por Dios Bendito. Presunción de inocencia por delante, vaya también por delante que más allá de lo que dictamine la justicia sobre este asunto, hay otro aspecto de nuestra selección sobre el que los fiscales deberían actuar de oficio, y que no es otro que las canciones que cantan nuestros futbolistas para, supuestamente, animar a la afición. Quién, por favor, quién dijo que había que hacerle una tonadilla a estos muchachos para que aparezcan en un vídeo dando ridículos saltitos. Quién decidió que Luis Aragonés, ese hombre que guió a un pueblo a la tierra prometida, quedara para los restos en un vídeo en una actitud que le pegaba como a un Santo Cristo dos pistolas. Quién dijo Eureka y nos metió en este bochorno cíclico, en esta piscina de bolas, quién fue el lumbreras que nos obliga a mirar cómo Piqué las está pasando p***as tratando de animarse. Quizá ahora entienda lo que nos pasa al resto con su señora y su música. Pero sobre todo, quién dijo que Sergio Ramos puede ser el solista que nos dirija los sentimientos. Voy a decirlo ya, que exploto: voy con la República Checa.