Retirada a tiempo

Suficientes «doctores tiene la Iglesia» para que un viejo soldado evalúe la decisión anunciada ayer por S.M. el Rey Juan Carlos. Aunque creo que la Iglesia y la reciente visita de SSMM al Papa Francisco, puede tener cierta relación. Un Papa cansado, que no puede seguir el ritmo del camino, rompe esquemas y se va como emérito. Y resurge una Iglesia más viva, más ilusionada, asumiendo errores y riesgos, pero más fuerte en el mensaje de Cristo. Un Rey soldado ha creído que debe replegarse a tiempo. Un Rey al que hemos servido con lealtad varias generaciones que a su vez se han considerado correspondidas con la suya. Un Rey que ha estado con nosotros en los momentos difíciles, que han sido muchos; que nos ha defendido ante avatares partidistas también desgraciadamente frecuentes; que ha sabido esperar en silencio el momento oportuno para recuperar posiciones. Un Rey que llevó a ritmo de conmemoraciones militares la agenda de sus cirujanos: «Para la Pascua Militar, aunque sea apuntalado con piquetas de alambrada».¡Se encontraba bien entre las gentes de armas! Ante la avalancha de opiniones y juicios de estos días, la de un soldado no sé si tiene mucho valor. Pero es un soldado respetuoso y agradecido, que siempre encontró en su Rey al compañero de armas. Dicen muchos tratados militares que «una retirada a tiempo es una victoria». Estoy seguro de que el juicio de la Historia lo considerará como tal. Porque el caudal de lealtades que le profesamos sabremos transferirlo al nuevo Rey. Un mismo sentido de la responsabilidad y del patriotismo nos seguirá guiando con continuidad, completando uno de los periodos más largos de estabilidad institucional de nuestra historia.