Revés a los radicales

Bildu ha vuelto a recibir un revés en su empeño por borrar lo español allá donde pueda. Carranza ha rechazado suprimir los toros. Parece que su objetivo sólo puede lograrlo allá donde pueda imponerlo. Si de verdad pretenden favorecer a los animales, ¿por qué no lo proponen en Pamplona como prioridad de su programa electoral? Si tan lacerado se siente su espíritu por las banderillas, las varas o el estoque, ¿qué hacen multitud de ellos participando en los festejos de San Fermín, donde los encierros y las corridas constituyen la esencia de la celebración navarra?

El espectáculo taurino está absolutamente alejado de una masacre, es un arte, cantado y expresado excelsamente por novelistas, poetas, escultores, pintores y demás destacados en las artes y las ciencias. Masacre, representantes de Bildu, es la provocada en Hipercor, en cuarteles de las Fuerzas de Seguridad del Estado, en la nuca de policías, miembros de la Benemérita, militares, cargos públicos, empresarios y otros ciudadanos. ¿Les importó el sufrimiento de las familias y de los españoles? ¿Qué hicieron, qué han hecho, para su desaparición, para la disolución de ETA? Deberían hacerse mirar que hiera más su sensibilidad una tarde de toros que el asesinato de casi mil inocentes.

No, no vale escudarse en la protección de los animales para esconder la guerra a lo que huela a España, a la que, por cierto, pertenece, como a su Constitución y a sus leyes deben los cargos que ocupan.

Lo que quieren eliminar es a Ortega y Gasset: «La historia del toreo esta ligada a la de España. Tanto que, sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda». Fracasarán, como en Karranza. Así es la vida.