Rivera, sólo un buen yerno

Me da la impresión de que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se va a quedar con la imagen de que muchas madres lo querrían como yerno, pero exclusivamente por buena presencia, barbilampiño como gustan ahora, o perfectamente rasurado, que no sé a cuál de los dos calificativos responde. Por lo demás, respecto a la política, cada día va desvelándose menos fiable.

Nada que ver con deportistas como Rafa Nadal o Emilio Butragueño, dos que las madres desearían para sus hijas. Éstos, además de su carácter y físico atractivos, juegan al tenis y al fútbol como los mejores, amén de otras conocidas virtudes materiales.

¿Cómo puede invitar al mismo proyecto al PP y a Podemos? Uno que cree en la unidad de España, en la economía de mercado, en la Unión Europea, en la OTAN, en el euro, en la libertad de prensa... El otro, en la Venezuela de Chaves y Maduro, en el control absoluto del Estado, la unidad de España en cuestión y los jueces dependientes de los partidos, siempre que sea el suyo el que mande.

Albert Rivera debería ser más respetuoso con la voluntad de casi ocho millones de españoles y 123 escaños que confiaron a Rajoy, mientras que a él absorbió 40 diputados y unos cuantos millones de votos menos en las elecciones generales que se celebraron el pasado 20 de diciembre. Ése es su botín, no los 131 que suma con el PSOE. De tanto repetirse la mentira, se la está creyendo. Como la de que no hay Gobierno por culpa del PP. No hay Gobierno porque él y Sánchez pretenden dinamitar uno de los principios de la democracia, el respeto al otro. No sólo quiere mandar en C’s, sino también en el PP. Lo que comentaba hace unos días, mal de altura. Así es la vida.