Alfonso Ussía

¡Salvados!

Leo con enorme emoción y mayor regocijo las informaciones y datos que demuestran que la economía española se ha recuperado gracias a la tenaz e inteligente política del Gobierno de Rajoy. No se han enterado de ello mis amigos saqueados por Montoro. En España, los multimillonarios han incrementado su fortuna en más de 25%. Pero están exentos de tributar a Hacienda, porque Montoro quiere asegurarse su futuro. Los poderosos le deben algunos sillones en los Consejos de Administración de las grandes empresas, como a muchos de sus compañeros de Gabinete. La clase media que trabaja con estimables rendimientos ha sido asaltada y saqueada, así como los pequeños empresarios, tejido fundamental de la economía española. He reunido a varios de mis amigos saqueados para comunicarles las buenas nuevas. «Estamos salvados». No brotes verdes, sino árboles frondosos. Lo dicen los entendidos. El PIB crecerá en el año 2014 un 1,1%. Al conocer el vaticinio, alguno de mis amigos ha dejado escapar una lágrima de gratitud. Tuvo que cerrar su empresa y malvender su casa por la presión delictiva de Hacienda, pero lo del PIB le ha parecido precioso. ¿Cómo no hacer caso al anunciado «cambio de ciclo» aventurado por el Gobierno y los grandes empresarios? Además, ha vuelto la confianza en la balanza de pagos por cuenta corriente, lo cual garantiza que seguiremos igual pero con mejor balanza de pagos en cuenta corriente. Las exportaciones han recortado un 68% su déficit. Nuestro grupo de arruinados se ha mostrado encantado con la cifra. Y lo que es más importante. La confianza en España ha vuelto a los mercados. Es sabido que la economía mundial está compuesta por unos mercados de primera clase y otros mercados de segunda, pero España cuenta con la confianza de todos los mercados. No se nota, pero dispone de ella. El bono está tres puntos y medio más barato, y eso para un pequeño empresario que se ha visto obligado a despedir a sus trabajadores y aceptar con resignada entereza que el Banco le embargue su casa, es un consuelo inimaginable. Su mujer, que ha trabajado en Navidad como vendedora circunstancial de El Corte Inglés para pagar una parte de la factura del colegio de sus hijos, se ha mostrado feliz cuando se ha enterado de la situación del bono. Y el IPC es el más barato desde hace años, según confirma mi propio periódico. Cuando el Partido Popular llegó a la Moncloa la inflación era del 2%, y el desajuste ha sido subsanado. Mi amigo ganadero que ha sacrificado sus vacas y el pasado viernes fue sancionado por la Guardia Civil con dos mil euros de multa por no tener los papeles al día de una máquina desbrozadora, se ha incorporado alborozado y ha comentado que es cierto, que no es mentira, que nos estamos salvando. El propio guardia civil que le impuso la multa se quejó amargamente durante la tramitación de su sanción: «Hemos pasado de ser protectores de la sociedad a sancionadores de la sociedad. Y la mayoría de los guardias civiles nos sentimos consternados». Como prueba de que estamos salvados, una revelación prodigiosa. Los datos de afluencia de viajeros procedentes del exterior alcanzan la cifra de 57.600.000. Una barbaridad. Sucede que han sumado mal, porque nos aseguran que es cifra de récord cuando en 2012 España recibió a 57.700.000 turistas. Cien mil más o cien mil menos es minucia, canto de jilguero o escama de besugo. Poca cosa.

Y el IBEX ha subido un 20%. Buen año para la bolsa española y para los que no han tenido que vender a precios deplorables sus acciones por culpa de la política macroeconómica del Gobierno de Rajoy. En mi periódico nos garantizan que estamos salvados una relación de personas que lo han pasado extraordinariamente mal en los últimos dos años. Juan Rosell, Luis Miguel Gilpérez, Josep Oliú, Antonio Brufau, Ángel Ron, Isidro Fainé, Juan Miguel Villar Mir, Gabriel Escarrer y otros empresarios en apuros. Todos coinciden en que hemos tocado fondo y que la nave del progreso está dispuesta.

Hemos superado en noviembre el déficit del Estado. El Partido Popular combate con fiereza la corrupción, como el PSOE, Izquierda Unida y los sindicatos. La situación es, en principio, estable y segura. Para afianzar la estabilidad está Montoro, el ministro de Hacienda más cruel y socialista de la Historia de España. Vamos por muy buen camino. El grupo de arruinados nos hemos deseado un feliz año para los demás, porque a sus componentes, la felicidad se la ha robado un Gobierno que dice ser de derechas y defensor de la libre economía y del rendimiento del esfuerzo individual. Pero estamos salvados, y de eso se trata.