Cristina López Schlichting
Secretos
Cuidado con este texto. Acaba de salir un libro sobre el tabú, el tema prohibido. Parece mentira, pero en nuestra época moderna sigue habiendo secretos obligatorios. «Que decida la mujer... hay que ser libre» se dictamina, pero sin preguntar qué hay en el corazón de la que se debate entre poner fin o no a lo que lleva en sus entrañas. Sin saber si se siente sola o tiene un hombro en que apoyarse. De izquierda a derecha, el espectro político teje un tupido velo. De abajo a arriba, la sociedad finge que no ocurre nada. La mujer suele abortar en silencio. A veces pasan décadas y sigue llorando por ello. La que apuesta por seguir, queda a menudo como una imbécil que no supo poner los métodos para evitarlo. En estas páginas se aborda lo que nadie quiere escuchar. Abuelas que pagan el aborto del nieto, padres que arrastran literalmente a las hijas a las clínicas, médicos que ocultan ecografías. Subvenciones que esquivan a la pobre que apuesta por parir. Todo un sistema engrasado para evitar el parto. Las confidentes de Juan José Montes son señoras de una pieza, gente que se ha puesto el mundo por montera, que ha dicho «no» a lo políticamente correcto y que jamás tendrá una estatua. Todas coinciden en que una sola mirada a la cara de su hijo les basta para compensar cualquier esfuerzo. ¿Por qué nos empeñamos en frenar el impulso brutal de la vida?¿Por qué nos da tanto miedo desafiar al miedo? Yo no lo sé, no tengo respuesta.
Pero en este libro de testimonios quedan dos cosas muy claras. Primera, que la cultura de la muerte se ha impuesto y ha labrado un complejo laberinto que hace muy difícil sacar adelante un embarazo complejo. Dos, que a pesar de ello, las mujeres están dotadas de un resorte fortísimo de supervivencia, que incluye a su prole. Son expulsadas del sistema social por empeñarse en tener un hijo con malformaciones, pero lo hacen. Son abandonadas por padres y compañeros y siguen adelante. Son engañadas y amenazadas, sin embargo terminan abrazando a su bebé. Ni todo el poder del mundo puede imponerse a una madre resuelta a defender a su cachorro.
Ahora bien, cuidado porque en ese tremendo camino se quedan muchas vidas. Piensa, lector, en qué dirección empujas. A veces basta un comentario o un gesto. «Sólo me hacía falta –testimonia una de ellas– un empujón, alguien que me animase». Puede ser un abrazo, un comentario valiente o un libro. Comprar este libro, «Secretos», de Edibesa.
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