Julián García Candau
Simeone está impaciente
Simeone, entrenador del Atlético, acaba de lanzar el preocupante mensaje de que puede estar en juego el «cholismo», es decir, la ilusión de los colchoneros. El club no ha logrado mejorar la plantilla y tiene por delante la participación en Liga de Campeones, hecho casi histórico porque es volver a una competición en la que antaño tuvo presencia importante.
El Atlético ha tenido que hacer caja, obligatoriamente, con la venta de Falcao. La economía obliga a tomar decisiones tan dolorosas. La entidad no está en condiciones de mantener en nómina futbolistas de tan alta cotización. El entrenador confiaba en que llegarían al Calderón jugadores que reforzaran la plantilla. Y, de momento, no ha sido así.
El Atlético tiene ahora un par de futbolistas de la cantera, Manquillo y Oliver, que han de tener protagonismo, pero todavía no poseen la imagen de figuras, de las que tiran del público. Oliver, especialmente, tiene condiciones para ser ídolo. Verle jugar con la sub'20 es constatar que tiene perfil suficiente para ser próximo líder.
Simeone está quejoso. Está en su derecho de reclamar refuerzos para afrontar la vuelta a Europa con algunas garantías para, al menos, superar la primera liguilla. No obstante, ha de ser consciente de que en la caja hay más telarañas que billetes y los grandes deseos no van acompañados de estos. El club suele comprar a plazos, aunque luego se demore en los pagos, y ello es hoy muy difícil. Todos quieren dinero en mano.
Posdata. Isco, para Ancelotti, ha costado 30 millones, lo mismo que Coentrao para Mourinho.
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