Rosetta Forner
Sin médium
Echar mano de videntes es una práctica «normalizada» cuando las vías habituales no arrojan luz sobre una desaparición o un asesinato. Los EE UU nos han legado series como «Psychic» o «Medium»: la primera trata el tema en clave de humor, mientras que la segunda se basa en el caso real de la médium Allison DuBois, cuyo don le permitió resolver muchos casos para la Justicia. Ojalá en España tuviésemos la suerte de tener a una Allison DuBois y que la desaparecida Diana tuviese a bien comunicarse con ella. Aunque en la serie de televisión interpretada por Patricia Arquette solía tratarse de casos de personas asesinadas violentamente. Al parecer, la persona desaparecida tiene que «contactar» con la médium –una suerte de estación receptora de las ondas mentales de otras personas–. Una cosa es la intuición, otra la deducción. Y, algo muy diferente, ese don de percibir lo oculto. A mí, personalmente, la intuición deductiva me da un resultado «no deseado»: me gustaría equivocarme y puede que suceda –hay que creer en los milagros a pesar de todo–, pero mucho me temo que pinta mal el tema. La Policía está haciendo una gran labor, pero siguen sin rastro de Diana. Las personas, en situaciones extremas, acabamos por poner en marcha capacidades desconocidas en nosotros hasta la fecha, unas que, en estado de tranquilidad, duermen en el desconocimiento. La mayoría usamos un porcentaje muy pequeño de la capacidad de nuestra mente, empero se da el caso de personas capaces de «captar las ondas que emite la mente ajena» o de interpretar acertadamente la conducta de los demás (criminólogos). ¿Si no perciben pistas es porque no las hay? ¿No captan señal alguna porque está viva? ¿Sólo se comunica el espíritu de la persona muerta? Lo ideal es combinar intuición y capacidad de analizar y «leer entre líneas» las pistas. Tanto profesional competente y tanta ausencia. A Marta del Castillo no la han encontrado. La Tierra es demasiado grande cuando una persona desaparece.
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