Pilar Ferrer

Sin temor alguno

Lo escribió magistralmente Confucio: «Sólo es verdaderamente poderoso quién sabe transmitir serenidad». En esta semana, debió releer el texto Mariano Rajoy, porque el estallido de Bárcenas en la cárcel ha sido un revulsivo, aunque todos, en la cúpula del PP, se lo esperaban. En medios jurídicos era un clamor el ingreso en prisión de quien fue el intocable «hombre de la caja» en la sede central de Génova 13. Es más, hay quienes aventuran que le viene bien a Rajoy, un hombre al que se le puede criticar en sus decisiones políticas, pero que siempre ha sido, y lo sigue siendo, un auténtico franciscano en cuestiones de dinero.

Suele decir Mariano, con su habitual sorna gallega, que él está ya preparado para casi todo. Ese adjetivo, «casi», lo recoge de su autora de cámara, Rosalía de Castro, en una de sus más grandes obras, «En las orillas del Sar». El relativismo es importante en política, pero lo es aún más, saber manejar los tiempos. Y hace ya alguno que Rajoy sabía que Bárcenas iba directo a Soto del Real. Es la suya una espera contenida, embarcado en Europa y los espinosos asuntos de la crisis. Pero también, con la tranquilidad de que a él, por dinero, no le cogen. Eran otros, y sin duda el juez Ruz los sacará a la luz, amparadores de Bárcenas y demás secuaces. La historia es implacable.

Por ello, cabe asegurar que Rajoy no tiene ningún miedo a nada. Y mucho menos, su actual equipo. Algunos, como Soraya Sáenz de Santamaría y otros dirigentes del PP y del grupo parlamentario, ni siquiera conocen al tal Bárcenas. Mientras el PSOE, por ejemplo, da la espantada en Andalucía ante escándalos de los ERE, y busca tapadillos de nuevo cuño, este PP piensa afrontar lo que venga. Algunos, pueden temerlo. Mariano Rajoy, no tanto. Y que la Justicia actúe sin interferencias. No por ayudar, se sale mejor saldado.