Situaciones inéditas

Con frecuencia, la realidad supera a la ficción. «España no cumple con la normativa europea, no porque no quiera, sino porque no puede por falta de un Gobierno con plenos poderes»: con esta frase resumía un alto cargo de Bruselas lo que pasa actualmente, que supone una situación inédita en el funcionamiento comunitario. Es necesario buscar una solución echando imaginación y aportando soporte jurídico. Que España va a incumplir las obligaciones adquiridas en materia presupuestaria y no presentará el techo de gasto el próximo mes de octubre es algo que no admite duda a fecha de hoy. La gran pregunta es: ¿se puede sancionar a España por ello con una multa y con la retención del dinero de los fondos comunitarios destinado a financiar actuaciones en el ámbito social, de las infraestructuras y de desarrollo rural? En teoría, sí, pero, en la práctica, eso no va a suceder porque el Gobierno en funciones no puede cumplir. Se trata de la primera de las dos situaciones inéditas que se viven en la UE al comenzar este curso político. La segunda es el Brexit, porque no hay precedentes de la salida de un Estado miembro de la UE. Hay que improvisar todo el procedimiento. Y eso no es fácil, sobre todo si el país en cuestión, en este caso Reino Unido, no actúa de buena fe, bien porque no quiere, porque no puede o por una mezcla de las dos cosas. A fecha de hoy, cuando ya han pasado varios meses desde el referéndum, todavía no se sabe la fecha en la que los de Londres solicitarán que se active el proceso que debería desembocar en su salida. En Bruselas tienen prisa; al otro lado del Canal de la Mancha parece que no. Mientras tanto, su Gobierno está aprovechando para preparar el terreno y firmar acuerdos comerciales de carácter bilateral, hasta el punto de que el presidente Junckers ha tenido que recordar que la política comercial exterior es competencia exclusiva de la UE y que los británicos no pueden actuar por su cuenta mientras sigan en este club. ¡Cosas veredes, amigo Sancho!