Fernando de Haro
Solución pendiente
En el debate que tuvo lugar la semana pasada en el Congreso de los Diputados para convalidar el decreto sobre desahucios el ministro de Economía estimó que van a ser 120.000 familias las que se van a beneficiar de la moratoria de dos años. Las condiciones para poder acogerse a esta excepción que se preparó en caliente son bastantes restrictivas. Hay que contar con menos de 19.200 euros de ingresos al año, la cuota de la hipoteca tiene que ser mayor al 50 por ciento de lo que se gana y en los últimos cuatro años la cuota debe haberse incrementado al menos un 50 por ciento.
Y además, la familia tiene que estar en circunstancias muy complicadas. Si se cruzan todos esos requisitos con la encuesta financiera de las familias, hecha en 2008, resulta que solo hay 60.000 familias que estén dentro de los supuestos. La estimación la ha hecho Marco Celentani profesor de la Universidad Carlos III.
Algún ministro ya dijo hace algunas semanas que la solución que se había dado al problema de los desahucios no era definitiva. Lo que de momento tenemos es un remedio para los que se encuentran en una situación absolutamente desesperada. Pero la cuestión no está ni mucho menos resuelta. Hemos escuchado muchos argumentos en contra de que se flexibilicen las ejecuciones hipotecarias y muchas explicaciones sobre el encarecimiento de los créditos que supondría la generalización de la dación en pago.
Pero desde que todo el asunto estallara también hemos sabido que los españoles somos gente que, en un porcentaje altísimo, cumplimos con nuestras obligaciones hipotecarias. No conviene que los jueces sigan resolviendo, según su personal criterio, los casos problemáticos. Hay que seguir trabajando.
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