Paloma Pedrero

Tiempo de deseos

La Razón
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Lo que voy a pedir a este año nuevo a muchos les parecerá un milagro. Pero es que yo creo en los milagros. Los he experimentado. Ocurren cada día en el mundo y están en nuestras manos. Así que allá voy: mi primer deseo es que los seres humanos vuelven a creer en que sucesos extraordinarios y maravillosos pueden ocurrir. Es decir, milagros. Quiero también que, ya que creemos, dejemos de pensar que el hombre es malo por naturaleza, ¿quién se inventó esa teoría tan infortunada? ¿De qué ciencia salió? Yo pienso, por esa misma ciencia, que somos buenos y capaces de ponernos en el lugar del otro. Por eso pido que los hombres se conviertan en mujeres y sientan cómo somos, qué pensamos, qué queremos. Que noten la menstruación y los partos, que de sus pechos salga leche que haga crecer el mundo. Seguro que así se pararían las guerras. Todos estaríamos ocupados en buscar alimentos sanos y abundantes. Y cuidaríamos el aire y el agua de nuestro planeta. Y nos empeñaríamos en trabajos mejores con horarios generosos para estar con nuestros hijos. Y entonces querríamos que la educación fuera distinta y enseñara a los niños que la tierra ha de ser como un hogar. Un lugarcito con techo, calor y despensa. Un hogar que hay que cuidar como las huertas y los cielos. Salir a la calle sería un compartir. Ciudades sin contaminación, sin violencia, sin hombres que violan. Sin peligro de muerte. Y si viene la enfermedad, que todos tengamos camas y medicinas. Refugios para recuperar la salud. Refugios espirituales, asimismo, con dosis de amor y compañía.

Y consciencia. Consciencia de que estar aquí es un milagro. Un suceso maravilloso que nos ha ocurrido.