Francisco Marhuenda
Tras las reformas, el crecimiento
Ha sido el peor año que ha tenido que afrontar un presidente como inicio de legislatura. Las inevitables medidas impopulares se han sucedido una tras otra en un esfuerzo por recuperar la credibilidad de la economía española e impedir el rescate. Rajoy se ha dejado muchos jirones en el camino y no le ha importado asumir un enorme coste político y personal para cumplir una hoja de ruta que nos ha alejado de la intervención. Tras el sobresalto de antes del verano, cuando España estuvo al borde del abismo, el escenario actual es muy diferente, aunque sin euforia. Todo indica que se ha recorrido la peor parte del camino, pero Rajoy, afortunadamente, no utiliza metáforas frívolas o retórica vacua. No va con su carácter. Nada de brotes verdes o luz al final del camino, porque la sociedad no está con ánimos para afrontar chamarileros de la retórica. Rajoy tiene aguante y una mayoría absoluta que le permite ignorar los cantos de sirena de unos y otros. La oposición irresponsable es muy fácil, aunque es sorprendente que lo haga quien hace poco más de un año formaba parte de un gobierno que dejó una herencia desastrosa porque no supo tomar las medidas a tiempo. Rajoy hizo ayer un discurso importante, muy importante, que conforme se vayan quemando etapas seremos más conscientes, incluso sus detractores, de su trascendencia. El presidente del Gobierno se ha instalado, acertadamente, en un proyecto reformista de largo recorrido donde no cabe ni la demagogia ni el populismo partidista.
Es fundamental que no le importe el desgaste, aunque creo que la sociedad sabrá valorar este periodo cuando comience la recuperación que ahora se vislumbra. Rajoy se encontró un escenario desastroso con unas cifras de paro desoladoras y la imposibilidad de colocar la deuda pública. No contaba, desgraciadamente, con un líder de la oposición sólido, ya que en el PSOE no han parado las conspiraciones contra Rubalcaba. Las reformas comienzan a dar frutos y Rajoy anunció las medidas destinadas a crear empleo en esta segunda etapa. Tras los duros ajustes, ahora llega el imprescindible impulso de la economía. Las reformas nos han hecho más competitivos y resuelven problemas endémicos, aunque no todos, que afectaban a la organización del Estado. El otro gran frente ha sido la corrupción. Rajoy siempre ha tenido las manos libres y eso del chantaje es una solemne estupidez. No lo conocen. Su trayectoria ha sido impecable y las medidas anunciadas nos sitúan entre los países más comprometidos en la lucha contra los corruptos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar