Ely del Valle
Vísteme despacio...
Las candidaturas del PP en Madrid se están convirtiendo en un vía crucis difícil de entender. Hasta Martínez-Pujalte, que es hombre leal y poco dado a leerle la cartilla al presidente, afirmaba ayer en el programa «Hoy en Madrid» que el partido necesita el mes de marzo para hacer campaña más que para hacer quinielas. Con Gabilondo metido en faena asesorado por Carmona, con éste moviéndose con una agenda que o acaba con él o le triplica la masa muscular, con los aspirantes de Ciudadanos y de UPyD intentando abrirse hueco, y con García Montero metiendo sus trastos de aspirante en la Samsonite para trasladarse «full time» a la Comunidad que aspira gobernar solo o en compañía de otros, cuesta entender a qué espera Rajoy para apartar el cáliz de los que viven sin vivir en ellos porque a estas alturas siguen huérfanos de futuro.
Los analistas profesionales están divididos entre los que afirman que se están realizando los penúltimos sondeos que no terminan de ser los últimos porque el panorama madrileño lleva una temporada que se mueve más que Roberto Brasero dando el tiempo, los que piensan que los que no van a ser ya lo saben, aunque los que vayan a ser aún lo desconozcan, y los que creen que Rajoy está emulando a Bruce Lee –«conociendo la naturaleza del contrario no será difícil sincronizarlo y convertirlo en una ventaja a nuestro favor»– y por eso ha estado esperando a que los demás se retraten para tomar una decisión. Quédense con cualquiera de las hipótesis porque todas tienen posibilidades y no las tienen.
De momento, quien tiene que señalar con el dedo sigue con las manos en los bolsillos. Y no es por desanimar, pero recordemos que, en las elecciones europeas del 25 de mayo, Rajoy, que no es presidente recomendable para espíritus impacientes, no designó a su candidato hasta el 9 de abril...
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