El desafío independentista
Xirinacs
A finales de noviembre del año pasado, se celebró en Cervera el consejo de asambleas territoriales, sectoriales y exteriores de la Assemblea Nacional Catalana, el principal chiringuito separatista montado desde el corrupto poder convergente. Según consta en los documentos que elaboraron, en ellos se exhorta a los militantes independentistas para que «asuman sacrificios» y que estén preparados para «la ocupación de infraestructuras», la «resistencia pasiva» ante una posible «actuación de las fuerzas de ocupación» y a proteger la radio pública catalana y TV3 si hay un corte de comunicaciones. Este documento de carácter violento y agresivo lleva por título «Acción Xirinacs». Lluís Maria Xirinacs Damians, fue un sacerdote y agitador independentista, famoso por sus campañas frente a la cárcel Modelo para pedir la amnistía total de los presos, campaña que abandonó con las medidas de amnistía. Descendiente de una familia católica y de derechas del barrio de Gracia, sus tíos maternos Vicenç i Alexandre Damians Batlle, ambos abogados carlistas, fueron asesinados por milicianos de ERC y de la CNT en Barcelona el 2 de septiembre de 1936. Xirinacs destacó en la «caputxinada» de finales de los años 60, en 1968 fue juzgado en consejo de guerra, acusado de ser el inspirador del Frente de Liberación de Cataluña, participando activamente en varias huelgas de hambre en solidaridad con los imputados en el Proceso de Burgos, impulsor de la Asamblea de Cataluña y promotor de la llamada «Marcha de la Libertad». Debido a una detención en 1971, se negó a hablar en otra lengua que no fuera la catalana. Desde el 25 de diciembre de 1975 hasta mediados de 1977 se mantuvo en guardia 12 horas al día reclamando la amnistía de los presos políticos y resultó escogido senador por Barcelona entre 1977 y 1979. Desengañado de su fe, abandonó el sacerdocio en 1990 y fue uno de los principales impulsores del «Fórum Filatélico», del que llegaría a ser su director comercial, sociedad que fue acusada de estafa, blanqueo de capitales, insolvencia punible y administración desleal. En los últimos años promovió diversas iniciativas políticas de signo independentista y de apoyo a los asesinos de ETA, y en 2000 volvió a protestar de manera activa, plantándose cada día en la plaza de Sant Jaume, para pedir la independencia. El 11 de septiembre de 2002, en el marco de un acto reivindicativo celebrado en el Fossar de les Moreres de Barcelona, pronunció un polémico discurso: «Declaro aquí, y lo digo bien alto, por si hay policía o algún fiscal: me declaro enemigo de España y amigo de ETA y de Batasuna. ETA no tortura. ETA mata a los que considera sus enemigos, pero no tortura». Estas palabras le valieron el procesamiento por parte de la Audiencia Nacional que le condenó, en marzo de 2004, a 2 años de prisión y 4 de inhabilitación. El 11 de agosto de 2007 encontraron su cadáver en un bosque del Ripollès. Xirinacs se había suicidado como acto de fe en Catalunya. Hoy la desobediencia que proponen los separatistas lleva su nombre. Xirinacs fue un impostor, un loco que presumía de pacifista y que se mostraba orgulloso de los crímenes etarras. Xirinacs es la metáfora del «prusés». Que tengamos suerte.
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