Irene Villa
Ya vienen
Ya vienen los Reyes Magos y esta noche será mágica para millones de niños en todo el planeta. Pedimos que sean generosos con quienes más los necesitan. Son tantos los lugares del mundo en los que los niños mueren de miseria y hambre que es allá donde tienen que poner más empeño y buenos deseos. Por supuesto que menos aún vamos a olvidarnos de los que están viviendo el horror de una guerra con ojos de incomprensión, pánico y otras terribles emociones que jamás tendría que experimentar un niño. UNICEF alerta de nuevo de la situación desesperada de miles de niños. Aquí somos afortunados y nuestros hijos viven al menos seguros, pero son los padres los que tenemos que ser responsables con la inocencia y la humildad de nuestros hijos y convencerles de que los Reyes Magos vienen a cumplir deseos, a repartir amor, a ayudarles a algo tan necesario y vital como es que tengan más amigos, más comprensión, más cariño... no a colmarles de efímeros enseres que acaban arrinconándose o siendo arrojados directamente a la basura. Es muy difícil nadar a contracorriente... Al menos en casa conseguimos que la carta de nuestro hijo mayor incluya esos maravillosos pilares de la vida: amigos con quienes jugar y que lo único material sean una pilas «para que vuelva a funcionar el dinosaurio que me trajeron el año pasado». Es sencillo y francamente benévolo con nuestros bolsillos: el sentido de la amistad y la fortaleza para cumplir los deseos de año nuevo. Eso es lo que vamos a pedir a los Reyes Magos. Que ya vienen, caminito de Belén, cargados principalmente de cariño y generosidad para contagiar. A ver si este año también nos sorprenden con su desfile carnavalero, que el año pasado aludía más a esos intereses económicos en los que muchos quieren convertir estas entrañables fechas que al verdadero espíritu de la Navidad. Pero nada va a empañar que hoy es un día de ilusión y esperanza y nadie va a eclipsar a los verdaderos protagonistas: los niños.
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