El trípode

El debate de Feijóo

El Rey, como Jefe del Estado y en cumplimiento del artículo 99 de la Constitución, ha propuesto a Alberto Nuñez Feijóo para intentar obtener la confianza del Congreso y, caso de obtenerla, ser investido Presidente del Gobierno

SM El Rey, como Jefe del Estado y en cumplimiento de la previsión constitucional contenida en el artículo 99, tras escuchar a los representantes políticos -los que cumplieron con su deber constitucional-, ha propuesto a Alberto Nuñez Feijóo para intentar obtener la confianza del Congreso y, caso de obtenerla, ser investido Presidente del Gobierno. Con 172 votos de apoyo garantizados, solo precisaría del apoyo del PNV, para ser investido en la primera votación por mayoría absoluta o la abstención de los de Puigdemont para serlo por mayoría simple, en la segunda. Con el cordón de aislamiento político en torno a Vox, en plena continuidad con el que comenzó en 2003 con el Pacto del Tinell entonces contra el PP, por primera vez en España el ganador de las elecciones previsiblemente no podrá formar gobierno. La mayoría que suma a comunistas con separatistas catalanes y vascos, incluidos entre ellos a los políticos sucesores de ETA, ha aplicado aquel infame acuerdo para mantener a Sánchez en la Moncloa. El coste de esa transacción no es el habitual en una negociación política pues este lo pagará la dignidad y resiliencia del Estado democrático y de Derecho español. Que un prófugo de la justicia para eludir asumir su responsabilidad ante ella por el golpe de Estado de 2017, sea el que decide quien gobierna España no requiere de más palabras para describir donde estamos sumidos éticamente por obra y gracia del sanchismo. Por supuesto, no podía faltar una vez más en esa lamentable ecuación el sumando peneuvista que ya fue determinante de llevar a la Moncloa a Sánchez en la moción de censura, tras haber pactado la semana anterior con el gobierno del PP nada menos que los presupuestos generales del Estado y votando a continuación el primer gobierno Frankenstein. Siempre poniendo una vela a Dios y otra al diablo, apostando a caballo ganador y a «colocado», ahora parece que su electorado ya le ha tomado la medida y los de Otegi les han superado en las urnas y podrían desalojarles de Ajuria Enea el próximo año. «Roma no paga traidores».

PD. Vistas las imágenes del palco del Estadio de Sídney con la reina y la infanta entre las autoridades aplaudiendo entusiastas a nuestras campeonas, mientras el personaje Rubiales realizaba un gesto tan obsceno como inimaginable en un Presidente de la Real Federación Española de Fútbol y tras el episodio del beso forzado a Jenni –desmintiendo la nota oficial al respecto–, a dicho individuo no le queda más recorrido en el cargo que el que le dirija a la puerta de salida. Ni un minuto más.