Nacionalismo

El fantasma del nacionalismo recorre Europa

La Razón
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Tras la victoria del Brexit en Reino Unido, el sesgo electoral en los antiguos países del Pacto de Varsovia y, sobre todo, la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, se extiende el temor en el seno de la Unión Europea a que este virus de innegables raíces nacionalistas alcance a dos países, Francia e Italia, que son clave en la conformación de Europa, tal y como la conocemos. En efecto, la República Francesa se enfrenta a unas próximas elecciones presidenciales que podrían dar la victoria a la extrema derecha de Le Pen, incluso en una segunda vuelta. Los sondeos han acusado el «terremoto» estadounidense, como si el voto a una opción que defiende el cierre de fronteras y el fin del libre comercio ya no fuera un tabú. Al mismo, en Italia, las mismas encuestas predicen la derrota de Matteo Renzi en el referéndum de la reforma constitucional, lo que le abocaría a la dimisión, abriendo una etapa de inestabilidad de muy compleja solución. Las instituciones europeas, además de identificar las causas del problema en la crisis económica y en la inmigración masiva, deberían contrarrestar ideológicamente ese discurso nacional –populista, primario y falaz– que tanto daño causó ya a Europa y al mundo.