La recuperación económica
El Rey tiene razón: España es un país fiable para invertir
La segunda jornada de la visita oficial de los Reyes a Estados Unidos tuvo un marcado acento económico. Don Felipe, como antes el Rey Juan Carlos, se ha convertido en el mejor embajador y en el gran valedor de nuestro país y de nuestras empresas en el mundo. Su presencia en la gran potencia financiera del planeta en un momento de consolidación de nuestro crecimiento es una oportunidad ideal para presentar la pujanza y las capacidades de España como destino para la inversión norteamericana, así como para alentar y fortalecer los vínculos entre ambas naciones. Hay que tener presente que las relaciones económicas ya son excelentes. Estados Unidos es el principal socio comercial de España fuera de la UE, representa el sexto destino de las exportaciones españolas de bienes y es el quinto proveedor de nuestro país. Hablamos de uno de los principales inversores extranjeros en el país, mientras que las inversiones españolas allí se han incrementado sustancialmente en los últimos años, centradas en sectores como las energías renovables, las infraestructuras o los servicios financieros. Por tanto, como en el plano político, Estados Unidos es también una referencia estratégica en lo económico para nuestro país. De ahí la trascendencia de la presencia del Rey y de su encuentro ayer con un grupo de importantes directivos estadounidenses de multinacionales con intereses en sectores españoles como el farmacéutico, la distribución, la industria, la hostelería y las tecnologías de la información. El objetivo sólo puede ser estrechar aún más las relaciones en el futuro en beneficio mutuo. En ese sentido, el discurso de Felipe VI ante los empresarios fue el adecuado para transmitir el mensaje de confianza y el aliento necesario. En sus palabras, España es un país fiable para la inversión extranjera porque es una nación que «está surgiendo con fuerza, moderna, llena de creatividad y orientada a superar las dificultades y los retos que tiene por delante». «Es un buen momento para invertir o expandir las operaciones que ya tienen en marcha». Reforzar nuestra imagen como un territorio estable y con seguridad jurídica es un propósito decisivo en una coyuntura política compleja en España, en la que los inversores extranjeros se mantienen muy atentos al horizonte electoral. En líneas generales, la incertidumbre no le sienta bien a la economía, ni a quienes tiran de ella. Suele ser un elemento distorsionador que desconfigura equilibrios y alimenta los escepticismos, que frenan la actividad. Escenarios políticos volátiles condicionan el crecimientos y la prosperidad. El contagio a lo económico es casi automático. De ahí que el mensaje del Rey ante un socio comercial estratégico para las empresas españolas, que recordó los valores y las garantías de nuestro país, resultara ayer mucho más que conveniente y prestara un gran servicio al interés general. Porque, además, se atuvo a la verdad. España lidera hoy el crecimiento de las economías desarrolladas después de dejar atrás una muy grave crisis. Lo ha logrado con importantes sacrificios y gracias a políticas reformistas que han reconducido desequilibrios que nos asfixiaban. Barack Obama ponderó los logros económicos de España, que fue capaz de recuperarse de la «brutal recesión» sufrida. Algunos en la izquierda española podrían tomar ejemplo del inquilino de la Casa Blanca.
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