España
Emprender para crecer
Buena parte de las posibilidades de que la recuperación de la economía española acorte sus plazos y mejore su intensidad dependerá de que las pequeñas y medianas empresas del país encuentren las mejores condiciones posibles para desarrollar sus proyectos en un contexto adverso como el actual. Los autónomos no son un engranaje más del motor que mueve la actividad, sino el eje central que decidirá en buena medida el nivel de prosperidad y de pujanza del país en el presente y en el futuro.
Su peso en la economía lo dice todo: el 99% de las empresas en España tiene menos de 250 trabajadores y el 80% de ellas cuenta con menos de nueve empleados. La parte mayoritaria del tejido empresarial español que representan mantiene el 75% de los puestos de trabajo. El Gobierno tenía el deber de enmendar la desatención de otras administraciones y de aportar soluciones y posibilidades a un sector que había sufrido los efectos de la crisis como pocos, con el cierre de más de 400.000 empresas. La Ley de Emprendedores, aprobada ayer en el Consejo de Ministros y cuyo contenido fue avanzado por LA RAZÓN, está llamada a ser un antes y un después para las pymes. Recoge la mayoría de las reivindicaciones principales del colectivo y supone un decisivo catálogo de estímulos al servicio del músculo principal de nuestra economía. La ley contempla incentivos y bonificaciones fiscales y laborales, aporta medidas para mejorar la financiación de las pymes, favorece la entrada de inversiones, incrementa la seguridad y la protección legal y elimina cargas y trabas burocráticas y administrativas, con iniciativas como «Emprende en 3», que agiliza la puesta en marcha de una sociedad de forma telemática y con un único formulario. Mención especial merece el cambio en la tributación del IVA, por el que no se pagará el impuesto mientras no se cobre la factura, una histórica y más que justa petición de los autónomos recogida ahora por el Gobierno. También nos parecen relevantes el límite de la responsabilidad patrimonial, por el que los emprendedores no tendrán que responder ante las deudas con su vivienda habitual; el apoyo a la segunda oportunidad y la reducción de las cuotas de la pluriactividad, que supondrá una rebaja considerable en las cotizaciones. La reacción en el colectivo definió su entusiasmo por una norma que aguardaban desde hacía demasiado tiempo: «La ley nos dará oxígeno, seguridad y protección». Obviamente, las dificultades no desaparecerán de un día para otro y quedan obstáculos por superar para allanar el camino de los emprendedores como la recuperación del crédito o la rebaja de la morosidad pública. Pero es indiscutible que el Gobierno ha acertado con una ley crucial y determinante que corrige déficits extraordinarios y delimita las condiciones óptimas para preservar la sostenibilidad de las pymes, generar actividad y crear empleo.