Guerra de Ahora Madrid por el callejero

El Comisionado para la Memoria Histórica, organismo creado por Manuela Carmena para cambiar las denominaciones del callejero de Madrid de evidente raigambre franquista, presentó ayer sus propuestas. Después del atentado a la razón y a la tolerancia que perpetró la ex concejala de Cultura, Celia Mayer, confundiendo víctimas con verdugos y convirtiendo la Historia en una trinchera, parece que la cordura se abre paso, pero no del todo. De momento, se ha seguido simplemente el criterio de aplicación de la Ley de Memoria Histórica de 2007, que prohíbe alardear de guerracivilismo. De ahí que se quieran borrar los nombres del generalato sublevado y algunas hazañas bélicas y que su lugar lo ocupen escritores, profesores, científicos o personajes con una reconocida labor. Si bien es cierto que muchos de estos nombres merecerían por sí mismos una calle, también lo es que entre los borrados algunos deberían mantenerse. El debate debe abrirse sosegadamente. El problema es que la decisión última la tienen las juntas municipales de distrito. Nos tememos que ahí aflorará la crisis abierta en Ahora Madrid –el último incidente fue el cese de Mayer en Cultura– y que vuelva a imponerse el mismo criterio sectario de considerar el callejero como un frente de batalla. El riesgo del uso político de la Historia es poner munición al alcance del radicalismo más ignorante.