Argentina
Hacia un PP latinoamericano
El Partido Popular ha puesto en marcha un ambicioso proyecto político para Latinoamérica que, de verse coronado con éxito, significará la articulación de los distintos grupos de centroderecha americanos en una plataforma a imagen y semejanza del PP europeo. Se trata de impulsar un movimiento ideológico basado en las señas de identidad de la derecha moderna: defensa de las libertades individuales, libre comercio, reformas sociales y racionalidad económica, que son postulados trasversales al liberalismo, la democracia cristiana y las posiciones tradicionales del conservadurismo reformista. Una fórmula de éxito, como ha demostrado la experiencia española, que debería ayudar a superar las actuales divisiones existentes entre los partidos de la derecha iberoamericana, cuya rivalidad favorece la extensión de los nuevos movimientos caudillistas de izquierdas. Como hoy revela LA RAZÓN, los contactos de los representantes populares españoles con los partidos hermanos de ultramar se encuentran muy avanzados. Igualmente, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, impulsa la participación del PP en todos aquellos actos propiciados por fundaciones y grupos de estudios latinoamericanos que buscan una respuesta común a la amenaza del izquierdismo, y la Fundación FAES, que preside el ex presidente José María Aznar, organiza foros y encuentros políticos con el mismo objetivo estratégico. Más que buscar un supuesto liderazgo español en el proyecto del Partido Popular latinoamericano, que no es el caso, se trata de aprovechar la experiencia adquirida en la conformación del grupo popular europeo, que ha conseguido imponerse sobre la alianza socialista. La iniciativa adquiere toda su trascendencia ante la deriva hacia el populismo demagógico que han tomado algunos gobiernos de la zona, como los de Venezuela, Argentina o Bolivia, donde la democracia se vacía de contenido para convertirse, en palabras de José María Aznar, en una simple apariencia. El caso venezolano, que hoy dirime su futuro en las urnas, sería paradigmático del peligro que se quiere conjurar desde la nueva plataforma política popular. El movimiento bolivariano fundado por Hugo Chávez, con el respaldo de los hermanos Castro, ha invertido los papeles fomentando una falsedad: la que opone libertad con prosperidad, justicia social con seguridad jurídica o desarrollo del bienestar con el respeto a la ley. Ése es el principal desafío al que se enfrentan los partidos del centroderecha latinoamericano, desmontar una ideología vieja y fracasada, el socialismo, que se ha revestido de nuevos ropajes. Defender la libertad, la democracia y el progreso real. En ese campo, los populares europeos no deben escatimar esfuerzos.
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