El Rey abdica
La estabilidad de la Corona
Hemos vivido una semana intensa marcada por el anuncio de la abdicación de Don Juan Carlos, un hecho histórico ya que con esta decisión pasa voluntariamente a un segundo plano el personaje esencial de la Transición española y la consolidación de nuestra democracia. De la misma manera, se ponía en marcha la sucesión a la Corona prevista en la Constitución y se abría un nuevo tiempo representado por la figura del Príncipe de Asturias, futuro Felipe VI. Ha sido una semana en la que se ha revisado un reinado intenso y apasionante, clave para varias generaciones, que ha evidenciado, por un lado, la solidez del sistema político y, por otro, la madurez de la sociedad española, que ha entendido el mensaje del Rey en su discurso de abdicación: es el momento de que una nueva generación tome la responsabilidad del país. En una encuesta que publicamos hoy, el 89,6 por ciento entiende los motivos que han llevado al Monarca a tomar esta decisión, que comparten a idéntico nivel los votantes del PP y del PSOE. Por otra parte, un 72 por ciento considera que su estado de salud le impedía seguir con normalidad sus obligaciones institucionales. Casi cuarenta años como Jefe de Estado le han permitido desarrollar sus funciones de mediación y acercamiento entre posiciones dispares y, en especial, han propiciado un ambiente de tolerancia y concordia. Hablar de la «Monarquía de todos» no es una etiqueta vacía de contenido, sino la esencia misma de la Corona. Echar la vista atrás y comprender cómo ha evolucionado la sociedad española en estos 39 años es básico para entender el papel de la Monarquía como institución integradora y evitaría interpretaciones erróneas y sesgadas del mandato de Don Juan Carlos. El 69,8 por ciento de los encuestados considera que durante su reinado ha habido más aciertos que errores. Significativamente, la valoración más alta coincide con las personas de más edad (73,9) y va decreciendo hasta los más jóvenes (66,9), lo que da pistas sobre el hecho de que el conocimiento de la primera parte de su mandato sin duda son necesarios para hacer una valoración de conjunto. En todo caso, una mayoría que alcanza el 72,3 por ciento sigue viendo a la monarquía como la forma de Estado que más estabilidad da a la nación. El relevo está asegurado en la persona de Don Felipe, de 46 años, en plenas facultades, con experiencia en tareas institucionales, tanto nacionales como internacionales, con una formación que destaca por encima de los titulares y herederos de otras casas europeas reinantes y, sobre todo, con una clara consciencia de la responsabilidad de su tarea. Así lo ve el 87 por ciento de los preguntados, que, por otra parte, asisten a este relevo con tranquilidad y no sometidos a interesados debates tremendistas.
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