La Eurozona vuelve a estar en peligro

El fantasma de la recesión vuelve a planear sobre la Eurozona. El dato del crecimiento registrado en septiembre, el más bajo de los últimos veinte meses, pone de manifiesto la enorme fragilidad de la economía de la UE. También la creación de empleo ha sufrido una desaceleración preocupante y aumentó al ritmo más lento desde abril. En un momento en el que muchos países, como es el caso de España, tratan de consolidar una recuperación lograda con gran esfuerzo y sacrificio, el club comunitario no se puede permitir este retroceso. No cabe duda de que este parón está directamente relacionado con la falta de gobernanza en una unión que sufre la peor crisis existencial desde su fundación. La ausencia de un proyecto común que logre implicar e ilusionar a todos los Estados miembros y, sobre todo, a sus ciudadanos, está siendo aprovechada por los movimientos populistas para sacar rédito político y avanzar en las instituciones. Bruselas debe hacer todo lo que esté en su mano para conjurar el peligro de que partidos ultras se hagan con el poder en naciones como Francia o Alemania o la salida británica de la UE no será la última que veamos. Los eurófobos tendrán más difícil manipular a la opinión pública si la economía de la Eurozona se mantiene fuerte y consolida su recuperación.