Gobierno de España

Manipulación real del PSOE

La Casa Real se vio obligada ayer a desmentir las afirmaciones del programa «Audiencia abierta» de TVE según las cuales el Rey habría instado al presidente Mariano Rajoy a llegar a un pacto con el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, en materia económica y contra el desempleo. El desmentido de La Zarzuela no tendría mayor gravedad si no fuera por las tres circunstancias que concurren en el caso: la utilización de la figura del Monarca para alimentar un debate político, el uso partidista de la televisión pública para transmitir un mensaje falseado y que el director del programa en cuestión es un consejero de RTVE que viene ejerciendo desde hace trece años como comisario político del PSOE en la corporación pública y en cuyo currículum como profesional se acumulan variados escándalos de tergiversación informativa. Es decir, estamos ante un episodio de flagrante manipulación partidista a través de la televisión pública en el que se ha involucrado a la más alta magistratura del Estado. Como es notorio, porque forma parte de su cometido constitucional, el Rey desempeña una labor de moderación entre las fuerzas políticas y sociales, así como una función de arbitraje tendente a propiciar pactos y acuerdos. Los llamamientos de Don Juan Carlos a un mayor entendimiento entre los grandes partidos son recurrentes, especialmente en sus discursos navideños. Pero una cosa es que abogue sin desmayo por el consenso y otra bien diferente que haya instado al presidente del Gobierno, en uno de sus recientes despachos semanales, a pactar con el PSOE, tal como aseveró el programa televisivo que dirige el consejero socialista. En ese matiz radica la aviesa intención de utilizar a la Corona en el pugilato partidista. Se podrá estar a favor o en contra de la propuesta de pacto que ha hecho Rubalcaba y se podrá debatir si es sincera o si se trata simplemente de una táctica política de la oposición para encubrir su falta de propuestas y su derrumbe electoral. Pero meter al Rey en esta discusión es una maniobra inadmisible que revela nulo respeto institucional y una burla al servicio público que inspira el trabajo de RTVE. No es casual que el autor del programa sea un consejero de RTVE colocado hace 13 años por el PSOE y que en enero debiera haber sido sustituido por expirar su mandato. Que Rubalcaba quiera mantenerlo como su fiel comisario es un dato que conviene tener en cuenta para una mejor comprensión del caso. Por lo demás, no será ocioso recordar que el presidente del Gobierno ha convocado para el próximo día 16 a los agentes sociales para debatir diversas iniciativas contra el paro, de la misma manera que ya se reunió en La Moncloa con los líderes sindicales a propósito del Plan de Emprendimiento. Que también lo vaya a hacer o no con Rubalcaba es una decisión puramente política en la que el Rey no tiene arte ni parte.