Contaminación en Madrid

Más contaminación, cortina de humo

La Razón
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Mientras los sufridos ciudadanos madrileños centraban toda su atención en salvar los obstáculos a su libertad de movimientos sembrados por la alcaldesa Manuela Carmena con sus erróneas medidas contra la contaminación, un pleno extraordinario del Ayuntamiento, convocado casi clandestinamente, aprobaba las nuevas ordenanzas fiscales para 2017. Con el acuerdo de Podemos y el PSOE, las nuevas tasas supondrán un impacto de 1.153.529 euros para el bolsillo de los vecinos, incremento que hay que sumar al resto de los impuestos municipales. Para una ciudad que tiene superávit en sus cuentas –y un Consistorio que se ha demostrado incapaz de gastar los fondos presupuestados– lo lógico sería reducir la carga fiscal de los ciudadanos y no incrementar las tasas, pero, al parecer, han primado las fobias de la alcaldesa contra el coche privado, que pretende erradicar de la capital. Las mayores subidas, como era de imaginar, recaerán sobre el impuesto a los vehículos de tracción mecánica y sobre las tasas del estacionamiento regulado (SER). Pareciera que más que de un episodio inédito de la lucha contra el óxido de nitrógeno, de lo que se trataba era de tender una cortina de humo sobre una compleja obsesión fiscal.