Editorial
Nuestro futuro todavía no está escrito
La macroencuesta electoral que ha realizado «NC Report» para LA RAZÓN describe un futuro escenario político muy complejo, en el que un hipotético gobierno de izquierdas estaría condicionado inexorablemente por los partidos separatistas catalanes, mientras que el campo del centro derecha se queda lejos de conformar una mayoría parlamentaria, pese a la fuerte recuperación del Partido Popular y a la subida de VOX. La tercera opción, una alternativa de centro izquierda, que fue posible en abril, se esfuma tras la prevista debacle de Ciudadanos, que caería hasta los 15 escaños. De confirmarse los resultados del sondeo este próximo 10 de noviembre, España se vería abocada a un nuevo bloqueo institucional o, lo que sería fatal, a poner su estabilidad en manos de quienes quieren, sencillamente, destruirla. Sin embargo, todavía los electores no han hablado, especialmente aquellos que se declaran indecisos y que, a menos de una semana de las elecciones, suman casi cuatro millones de votos. La mayoría, son antiguos votantes del PSOE, de Ciudadanos y de Unidas Podemos, que dudan entre la abstención o acudir a un nuevo partido. Para los de la formación que lidera Albert Rivera, la opción más contemplada sería votar al PP. Para los indecisos que en los anteriores comicios votaron socialista o a Pablo Iglesias, también se alienta la abstención o, en ambos casos, el voto a la formación de Íñigo Errejón, Más País. También existe, por supuesto, indecisión entre los antiguos votantes de Pablo Casado y de VOX, pero es de menor entidad y, además, la mayor parte de los consultados baraja repetir el voto de abril. Como ya hemos señalado en estas mismas páginas, lo que suceda esta próxima semana en Cataluña tendrá, sin duda, efectos determinantes en el sentido que den al sufragio quienes todavía no han decidido, pero lo que también nos dice la macroencuesta es que la sociedad española en su conjunto ha sacado sus propias conclusiones sobre lo ocurrido en la fracasada legislatura y sobre quiénes recae la principal responsabilidad. De lo contrario, no se explicaría que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, no sólo caiga en intención de voto, sino que, en función de los imponderables de nuestro sistema electoral, pueda perder hasta 9 escaños sobre la exigua mayoría anterior. Como, tampoco, que el partido de Albert Rivera pueda sufrir un descalabro histórico, con pérdida de casi dos millones de votantes y más de 33 escaños. Parece claro, que las culpas de la repetición electoral se cargan sobre las espaldas de quienes, pudiendo conformar una mayoría de Gobierno estable, decidieron anteponer sus intereses. De ahí, que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, aún en retroceso, resista la doble pinza del relato socialista y de su antiguo compañero Errejón. Se puede estar en desacuerdo con la ideología y, sobre todo, con la interpretación de la realidad española que hace la formación morada, pero el conjunto de la opinión pública reconoce la coherencia de la postura de Iglesias y su voluntad de conformar una coalición de Gobierno con Pedro Sánchez, que, dicho sea de paso, hubiera sido gravemente perjudicial para el progreso económico y social de la nación. Aún así, Unidas Podemos es, detrás de Ciudadanos y a mucha distancia, el segundo partido que menos votantes conserva a día de hoy. La mayor parte, un 11,9 por ciento, se van a la abstención, pero Más País le puede dar un mordisco de hasta un 10 por ciento de los sufragios. Por último, el sondeo confirma que la estrategia del candidato popular, Pablo Casado, de mantenerse en el discurso de la moderación y no tratar de competir con VOX puede darle buenos resultados, por cuanto recupera muchos votos que se fueron a Ciudadanos. El partido de Santiago Abascal es el que más crece, pero ya no a costa solo del PP. Tiene nuevos votantes.
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