Reino Unido
Nuevo liderazgo británico para salvar el abismo
El terremoto del Brexit registró ayer una de las numerosas réplicas que se esperan en los próximos meses y años con el relevo en la dirección del gabinete de Reino Unido y en la actual mayoría parlamentaria. La titular de Interior, Theresa May, se convirtió en la nueva líder del Partido Conservador y será designada mañana jefa del Gobierno británico en sustitución de David Cameron –quien ya había adelantado su decisión de marcharse tras su fracaso en el Brexit– después de que su única rival en la carrera por dirigir la formación «tory», Andrea Leadsom, renunciase a su candidatura y poniendo fin al proceso de elecciones internas que debía concluir el 9 de septiembre. Con Theresa May llegará al 10 de Downing Street la segunda mujer desde que Margaret Thatcher saliera del poder en 1990. Está considerada una política seria y eficiente, que defendió con reservas la permanencia del país en la UE, más por lealtad a Cameron que por convicción propia. May consumará el proceso de salida de la Unión y no buscará revertir el resultado de la consulta. La libra la recibió con una ligera apreciación, que no tiene visos de prolongarse. La nueva primera ministra coge las riendas del país en uno de los peores escenarios de las últimas décadas y el objetivo sólo puede ser salvar del abismo, al que la irresponsabilidad y el desatino de los políticos británicos y de una buena parte de la sociedad, le han conducido. Será una tarea hercúlea, porque el porvenir para Reino Unido, por más que lo edulcoren, pinta peor de lo que se anuncia.
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