Política exterior
Rajoy encuentra en Obama a un gran aliado de su política
Barack Obama protagonizó ayer la primera visita de un presidente de Estados Unidos a nuestro país en una quincena de años. Lo hizo en unas circunstancias tan inesperadas como extremas en su país por el estallido de la violencia racial y la matanza de cinco policías en Dallas. Pese a todo, y a que decidió con toda sensatez acortar su presencia en nuestra nación, limitándola a los encuentros oficiales, puede concluirse que esa apretada e intensa agenda ratificó las excelentes relaciones entre los dos países, aliados naturales, y, también, en un orden más doméstico, el aval y refrendo del inquilino de la Casa Blanca, líder de la primera potencia del mundo, a la figura de Mariano Rajoy, a sus políticas y su objetivo de poner fin cuanto antes a la interinidad que atraviesa España desde hace seis meses. En este sentido, Barack Obama fue concluyente y alabó sin matices al presidente del Gobierno por la recuperación de la actividad y el «progreso económicos de los últimos años» tras los duros tiempos de la crisis. «Ha sido un camino difícil, pero muchos de los cambios efectuados están empezando a dar resultados». El presidente norteamericano, consciente del panorama político español, respaldó también el planteamiento de Mariano Rajoy cuando afirmó que era «importante un Gobierno en España estable y que funcione bien». En este punto, Mariano Rajoy replicó que haría «todo lo posible para formar un Ejecutivo», porque «repetir elecciones sería una broma de mal gusto». En la presente coyuntura nacional e internacional, la posición oficial de la Administración norteamericana ha supuesto un espaldarazo al presente y al futuro de nuestro país cuando se está configurando un nuevo equilibrio de poder en la Unión Europea, tras la salida de Reino Unido, en el que España, con un Gobierno fuerte y fiable, podría ocupar un lugar de privilegio como potencia económica y política y con el respaldo activo de Washington. Para nuestro país, el vínculo transatlántico ha sido y debe seguir siendo prioritario, en línea con lo que fueron siempre la afinidad histórica y las buenas relaciones de dos países que comparten intereses, valores e ideales. Barack Obama no perdió la oportunidad de ponderar la colaboración de España con Estados Unidos y con la OTAN, especialmente en lo referente a las bases de Morón y de Rota y la participación española en la formación de policías y militares en Oriente Próximo. También el Rey garantizó a Obama que España siempre colaborará con Estados Unidos, como «un país amigo y decisivo en el mundo». Con su presencia en nuestro territorio en la recta final de su mandato, y pese a la situación excepcional desatada en las últimas horas en su país, Barack Obama entendió la relevancia de que se visualizara de una vez por todas la vuelta a la normalidad en las relaciones bilaterales entre ambos estados, quebrada por decisiones equivocadas en los últimos gobiernos socialistas, y que, de facto, ya se habían recuperado con la llegada de Mariano Rajoy a la Presidencia. Para España, la colaboración con Estados Unidos es estratégica y debe ser preservada, pues los intereses compartidos son muchos y fundamentales, y no sólo económicos, con ser estos trascendentes. Washington ha correspondido también con lealtad y apoyo cuando lo hemos necesitado, y siempre nos ha ido mejor cuanto más óptimo ha sido el entendimiento. Del próximo inquilino de la Casa Blanca cabe esperar que preserve e incluso mejore los vínculos entre ambos países. En cuanto a Rajoy, el reconocimiento de Obama fue todo un espaldarazo a su gestión.
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