Libros

Una administradora eficaz

Quien suceda a Ana Botella al frente del Ayuntamiento de Madrid recibirá una ciudad solvente, con la deuda generada durante el último periodo de expansión completamente saneada, unos presupuestos con superávit, las menores tasas impositivas de entre las grandes capitales del país y con una Administración municipal eficaz y equilibrada. Una ciudad, en suma, que ha sabido superar las consecuencias de la crisis de la mano de una mujer inteligente, en nada afecta al populismo y que, desde un convencimiento liberal, ha tenido como principal mira política hacer de Madrid un lugar atractivo para la iniciativa empresarial y el impulso económico. Hoy la capital de España vuelve a crecer sostenidamente, desde bases estructurales sólidas que permiten la recuperación paulatina de la inversión pública. Y, sin embargo, no siempre en política la buena gestión, especialmente la que ha debido llevarse a cabo en circunstancias difíciles, llega a calar en el ánimo de los electores y a ser percibida en su verdadera dimensión. Además, no la ha acompañado a la alcaldesa la buena fortuna. En este sentido, su gestión quedó marcada por la tragedia del Madrid Arena del 1 de noviembre de 2012, a la que se enfrentó con decisión, depurando responsabilidades y abordando la renovación del Gobierno municipal, pero, también, llevando a cabo una reforma de la normativa de espectáculos y de seguridad de las más avanzadas de España. Tampoco tuvo –realmente nadie lo esperaba– el menor apoyo por parte de los grupos municipales de la oposición ni de los sindicatos de funcionarios a la hora de encarrilar las cuentas y racionalizar un gasto que amenazaba con asfixiar el futuro de la ciudad. Y, por ende, tuvo que presidir el fracaso de una candidatura olímpica sobre la que la ilusión colectiva había puesto demasiadas esperanzas. Ayer, Ana Botella hizo pública su decisión de no presentar su candidatura a las próximas elecciones municipales, con lo que pondrá fin a doce años de servicio público a la ciudad de Madrid, en cuyo consistorio fue elegida como concejala en 2003. Con su paso atrás, la alcaldesa ha demostrado una vez más su lealtad al Partido Popular, en el que, no lo olvidemos, milita desde 1978, cuando aún era la Alianza Popular de Manuel Fraga Iribarne, y al que ha dedicado sus esfuerzos personales y familiares. Ha preferido zanjar la cuestión de la candidatura capitalina con tiempo suficiente por delante –a nueve meses de la cita electoral de mayo de 2015– para que los dirigentes populares elijan al cabeza de lista sin agobios, y sin los condicionamientos de carácter interno que inevitablemente acompañan a la figura de una mujer, esposa del ex presidente José María Aznar, que ya forma parte de la historia política de Madrid.