Automovilismo
El pecado de cargarse la Fórmula Uno
El GP de España de Fórmula Uno en el circuito de Montmeló puede tener las horas contadas. Tanto que la próxima carrera podría ser la última por el manifiesto desinterés del Ayuntamiento de Ada Colau, copropietario del circuito, y la negligente torpeza de la Generalitat separatista de Torra. La alcaldesa populista entiende la inversión de dinero público en la gran fiesta del motor como superflua y caprichosa, pero en realidad es un pelotazo económico, publicitario y en imagen para la ciudad. El sectarismo ciega.
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