Mirando la calle
España es la selección
«España y Europa deberían colocar el foco en el lugar adecuado. Necesitamos a los migrantes»
En estos días donde la inmigración divide a España y algunos partidos políticos enseñan los dientes a los distintos en apariencia, la selección española, con españoles de todos los colores y fisonomías, la misma que nos hace enorgullecernos de nuestra bandera a todos y nos vuelve invencibles en una unión que solo parece real en el fútbol, nos demuestra que nuestro país, como el mundo, es mestizo y ahí reside su fuerza. No es solo que por muchas vallas que se levanten resulte imposible contener a los más desfavorecidos por lugar de nacimiento, es que el otro lado de las cosas, el nuestro, los necesita para crecer, desarrollarse, trabajar y garantizar su pervivencia y su triunfo. Lamine Yamal, que hoy cumple 17 años, con su piel tostada y sus rizos no es solo un español nacido en Espluges de Llobregat, tan español como cualquiera de nosotros, sino, además, nuestra estrella más rutilante. Eso no es óbice para no reconocer que llegan más migrantes a algunos lugares de España, de los que se pueden recibir e integrar; pero también que España los necesita a millones en toda su geografía, para sostener el difícil equilibrio entre trabajadores y pensionistas. Entre ellos, los habrá buenos, malos, regulares y genios como el propio Lamine Yamal. Entonces ¿dónde está el problema? En la falta de cohesión de una Europa incapaz de orquestar una política común respecto a la migración y de una España en la que muchos políticos pretenden convencernos de que los migrantes son enemigos, en vez de arremangarse y establecer medidas imprescindibles para que los migrantes consigan ser tan buenos o mejores que nosotros y juntos conformemos el equipazo (y no solo en el fútbol) que podemos ser. España y Europa deberían colocar el foco en el lugar adecuado, en vez de perder el tiempo en rencillas y palabras vanas. Necesitamos a los migrantes. Y necesitamos que todos los políticos tomen decisiones valientes respecto a ellos para que se integren respetando nuestra Constitución. No del «buenismo» sino del egoísmo nacerá la solidaridad, positiva e indispensable en un país tan bellamente mezclado como nuestra selección, que es España.
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