El trípode

Groenlandia, objetivo estratégico de Trump

En su opinión «Groenlandia es una autopista desde el Ártico hasta Norteamérica, hasta Estados Unidos» por lo que ha declarado que por su gran valor estratégico va a ser el campo de batalla crítico del futuro ya que a medida que el clima se calienta «va a ser una vía de comunicación que tal vez reduzca el uso del Canal de Panamá».

A medida que se aproxima el retorno de Donald Trump a La Casa Blanca, se producen noticias que ya confirman que este relevo presidencial no va a ser simplemente uno más de los 47 producidos hasta ahora en los Estados Unidos. Sus referencias a Groenlandia y al Canal de Panamá no son mera retórica electoral para él, puesto que en el caso de la gran isla del Ártico ya en su anterior mandato expresó su decidida voluntad al respecto. En su opinión «Groenlandia es una autopista desde el Ártico hasta Norteamérica, hasta Estados Unidos» por lo que ha declarado que por su gran valor estratégico va a ser el campo de batalla crítico del futuro ya que a medida que el clima se calienta «va a ser una vía de comunicación que tal vez reduzca el uso del Canal de Panamá». De hecho, navegar desde Europa Occidental hasta Asía Oriental por el Mar Ártico es un 40% más corto que hacerlo por el Canal de Suez. Así que no debe sorprender que también China haya mostrado gran interés por esa eventual nueva ruta, por lo que ya ha acordado con Rusia colaborar para desarrollar nuevas rutas marítimas por esa zona. Incluso para que no hubiera dudas al respecto Trump ha afirmado que «la propiedad y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta para nosotros». De hecho ya ha aplicado a la mayor isla del mundo su conocido eslogan: «Hagamos a Groenlandia grande de nuevo». Dinamarca, país de la UE y la OTAN y actual titular de la isla, salió al paso inmediatamente afirmando que «Groenlandia no está en venta». Aunque de momento no consta que pretenda controlar también el Canal de Suez, no deja de apuntar a una relación compleja con la actual UE y por supuesto con la OTAN como es ya sabido. Conforma todo ello un ejemplo -y de especial relevancia- de lo que va a ser una realidad que se va a imponer en la geopolítica global . Y en la que la actual UE no tiene más que aportar que ser un mercado económico, sin duda atractivo e interesante dada su población y nivel de renta, pero que políticamente es un actor menos que secundario, para desgracia de la histórica Europa que lideró el mundo Occidental. Georgia Meloni, Viktor Orban y Javier Milei son algunos «ultraderechistas» que han viajado a cumplimentar a Trump a su residencia de Mar a Lago en Florida. Ni está ni se le espera al «progresista» Maduro tan querido del sanchismo. Ni por supuesto a Pedro Sánchez.