Opinión

Maduro y el respeto de ERC a España

La situación por la que atraviesa Venezuela con el fraude electoral del dictador Nicolás Maduro, toca muy de cerca al sanchismo instalado al frente del gobierno en España

La situación por la que atraviesa Venezuela con el fraude electoral del dictador Nicolás Maduro, toca muy de cerca al sanchismo instalado al frente del gobierno en España. No se debe olvidar, por ejemplo, que sin los cuatro escaños de Podemos, Sánchez pierde la mayoría en el Congreso, lo que le impide aprobar leyes y de hecho gobernar, siendo de general conocimiento el apoyo y vinculación de Pablo Iglesias con el régimen de Maduro y no siendo ésta la única relación al respecto. La hemeroteca audiovisual –sin olvidar la escrita– permite atestiguar el encantamiento político de Yolanda Díaz con su admirado Maduro, lo que basta y sobra para darse cuenta de las manos en que se encuentra la gobernación de España. Eso sin contar con su vergonzante sumisión al separatismo catalán, tanto con el de Puigdemont como con el de Marta Rovira, lo que define a su tan «progresista» coalición. Significativo en estos momentos resulta el «reconocimiento y respeto» que reiteró Sánchez hacia ERC en su comparecencia estival de hace tres días, tras servirse de la abogacía del Estado cual su particular asistencia letrada para querellarse contra el juez que tuvo la osadía de pedirle que declarara como testigo en la causa que instruye contra su esposa por presunta corrupción. Quien, por cierto, también se ha querellado contra el juez por lo mismo. Es la manera que tiene de entender su afirmación de que «respeta a la Justicia», tras negarse además ambos a declarar. La identificación de «su persona» con la institución de la Presidencia del gobierno es el fundamento de esa denuncia, ante la que no caben más comentarios. Por si no fuera suficiente todo ello, ahora se conoce la manera en que sus «respetables y reconocidos» socios de ERC, acaban de demostrar el reconocimiento y respeto que tienen hacia España y los españoles, con lo sucedido con cierta decoración del Palau de la Generalitat. Aragonès, president en funciones de la Generalitat, considera que el Salón de Sant Jordi «no podía enaltecer el imperialismo y el nacionalcatolicismo español» con los frescos de sus paredes reproduciendo, entre otras escenas a Cristóbal Colón al regreso de su primer viaje americano donde fue recibido por los Reyes Católicos en Barcelona y en aquel lugar. Dieciséis meses y más de dos millones de euros se han dedicado a borrar esas imágenes de la Historia de España para dejar las paredes totalmente blancas. La batalla de las Navas de Tolosa y la batalla de Lepanto, así como la Virgen de Montserrat rodeada de santos y reyes que han visitado su santuario, estaban entre ellas. Es el «reconocimiento y respeto» de ERC hacia España.