A pesar del...

Miedo Milei

Mientras se concentraban en alguna idea del candidato, o en sus rasgos personales, numerosos genios se olvidaron de lo importante: su mensaje es liberal

La inquietud de los socialistas de todos los partidos ante la posibilidad de que Javier Milei pudiera imponerse a Sergio Massa en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en la Argentina quedó reflejada en la repetición del prefijo ultra, que, nótese, jamás posee connotaciones plausibles. Uno nunca diría que la Santa Madre Teresa era «ultrabuena». Sospecho que el abuso del prefijo no tiene que ver solo con algunas de las propuestas del liberal argentino sino, como diría Fromm, con el miedo a la libertad.

Los medios confluyeron en el descalificativo, y Milei fue denominado ultraliberal, ultraderechista, ultrapopulista, etc. No asignaron dicho prefijo a Massa, porque el candidato peronista, co-responsable del desastre económico del país, no puede ser un ultra. Es como en España, donde «El País» ya nos aleccionó con que Vox es ultra, pero Bildu no. Para que nos entendamos, el ultra no es el partido de Otegui sino el partido de Ortega Lara.

En fin. Volvamos a mi Argentina natal y al miedo a la libertad, que subyace a la incapacidad generalizada del pensamiento único para concebir que Milei pudiese llegar a la Casa Rosada –véase «Supongamos que Milei», aquí: https://bit.ly/3SK8qO7. Hasta Sánchez lo insultó en el debate de investidura. Es que no podía triunfar.

Javier Moreno Lázaro, catedrático de la Universidad de Valladolid, sentenció paladinamente en «El País» hace dos semanas: «Ganará Massa». Pero la cuestión no pasa por errar en los pronósticos, cosa que hacemos todos, y todos lo hicieron en la Argentina. La cuestión es el diagnóstico: el catedrático auguró la victoria de Massa porque los argentinos «no han caído narcotizados» como para «renunciar a la sanidad y a la educación gratuitas, a su puesto de trabajo en la Administración o a los subsidios sociales», o aceptar «la desaparición del Estado argentino como le conocemos». La corrección política no concibe la libertad. Por cierto, tampoco acepta la posibilidad de la dolarización, y ya comprobaremos si Dios les conserva la vista.

Mientras se concentraban en alguna idea del candidato, o en sus rasgos personales, numerosos genios se olvidaron de lo importante: su mensaje es liberal. Eso es lo que no podía suceder. ¿Cómo iban a apartarse los argentinos de lo que les dictaban sus maîtres penseurs? ¿Cómo iba el pueblo a vencer el miedo a la libertad?