Al portador

Olvidos llamativos en la «Tierra firme» de Sánchez

Aparece Pablo Iglesias, pero el fundador del PSOE, no el líder de Podemos, como tampoco salen Irene Montero o Ione Belarra, bastante protagonistas de la anterior legislatura

Gore Vidal (1925-2012), el escritor americano famoso sobre todo por sus novelas históricas, aunque quizá sea más respetado por sus ensayos, siempre provocador, contaba al final de su vida que «las figuras políticas y públicas de hoy en día ya no saben escribir sus propios discursos o libros, y hay alguna evidencia de que tampoco saben leerlos». Ayer, con ¡14 ministros, 14! de clá más que entusiasta, Pedro Sánchez presentó el libro «Tierra firme» (Península), que no ha escrito él, sino Irene Lozano, como también ocurrió con el anterior, «Manual de resistencia», de 2019, en la misma editorial. Hace mucho que los políticos, en España y fuera de España, no escriben sus libros –y tampoco casi ningún discurso–, algo de lo que se ocupan profesionales con esa dedicación específica. En el gabinete de todo político y gobernante siempre está la figura, esencial, del redactor de discursos. El inquilino de La Moncloa no es ninguna excepción, pero él sí sabe leer, y bien, los discursos que le preparan otros. No todos los políticos, por supuesto entre ellos varios de su Gobierno, pueden decir lo mismo.

El líder del PSOE, por otra parte, sí ha leído el libro que no ha escrito, pero sí inspirado, que podría resumirse en un ejercicio de autocomplacencia con las anécdotas jugosas precisas para dar el morbo y la credibilidad que requieren este tipo de obras, que no aspiran a ser clásicos de la literatura política. Tampoco habla de la amnistía porque insiste que «Tierra firme» termina la noche del 23J, cuando las urnas arrojaron un resultado que permitiría a Sánchez renovar el alquiler de La Moncloa. Reconoce, eso sí, y es uno de los pocos peros que se pone, que el debate televisivo con Núñez Feijóo en A3TV, «tampoco fue mi mejor día». Sin embargo, quizá lo más llamativo del libro sean las ausencias o las mínimas menciones, algo que confirma el «índice onomástico». Aparece Pablo Iglesias, pero el fundador del PSOE, no el líder de Podemos, como tampoco salen Irene Montero o Ione Belarra, bastante protagonistas de la anterior legislatura. Apenas hay una solo referencia, trivial, a Nadia Calviño, otra a María Jesús Montero y también una sola a Teresa Ribera. Tampoco hay sitio para su ex-protoasesor Iván Redondo y muchos de los miembros de sus gobiernos parecen no haber existido. Habla de su complicidad con Yolanda Díaz, pero lo despacha en dos líneas. En resumen un texto de autobombo, que tiene su interés, en el que destacan las ausencias que quizá retraten a otro político más que no escribe sus libros, como se quejaba Gore Vidal.