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Pero Grullo, Pedro Mentiras y los matemáticos electorales

No consta la existencia de matemáticos –siempre más exactos que Tezanos– en los equipos electorales, pero los habrá y serán claves para las estrategias y para ganar elecciones

Pero Grullo, el que «a la mano cerrada llamaba puño» es un personaje del refranero tradicional de origen confuso. La referencia más precisa la hizo el historiador José Godoy Alcántara (1825-1875). En su «Ensayo histórico etimológico sobre los apellidos castellanos desde el siglo X», afirma que un tal Petro Grillo fue un personaje real, que figura como testigo en dos escrituras de 1213 y 1227 en Palencia. Lo presenta como «Coetáneo de Pedro Mentiras, si es que se trata del que ha hecho célebre la naturalidad de las verdades». Como Pero Grullo aparece en la segunda parte de El Quijote y en los «Refranes» de Hernán Núñez (1478-1553). Por otra parte, Francisco de Quevedo (1580-1645) inventó el término «perogrulladas» mientras calificaba, en tono humorístico, de «gran profeta» a Pero Grullo, que explica la deriva de su nombre: «Yo soy Pedro y no Pero Grullo, que quitándome una «d» en el nombre me hacéis santo de fruta». Quevedo, claro, se regodea en las profecías de Pero Grullo, tan notables como «serán seis dos veces tres», «el primer día de enero que vendrá será el primero del año», «este día amanecerá al alba»

Pero Grullo no tendría precio en la campaña electoral de todos los partidos y en todas partes, porque en Francia, sin ir más lejos, tienen a su equivalente en Monsieur de la Palisse y sus «lapalissades». La penúltima perogrullada de la pre-campaña electoral lleva el sello de los asesores de Pedro Sánchez en la Moncloa. Reclama que la izquierda concentre el voto en el PSOE y se olvide de Sumar, Podemos y otros posibles socios. Lo llaman «voto útil», pero no deja de ser una perogrullada más. Lo normal, lógico y democrático es que un partido pida el voto para sí mismo, no para otros, por muchas componendas extrañas que se quieran elaborar. Hasta hace poco, los estrategas de Sánchez jaleaban a Yolanda Díaz y Sumar, como vía para seguir en la Moncloa. Ya no lo tienen tan claro, sobre todo si no hay –que lo habrá– acuerdo con Podemos para una candidatura única. Las matemáticas, sin embargo, son cada día más decisivas y complejas en las elecciones. Los matemáticos ya son los profesionales más demandados y mejor pagados en las finanzas y los negocios. No consta la existencia de matemáticos –siempre más exactos que Tezanos– en los equipos electorales, pero los habrá y serán claves para las estrategias y para ganar elecciones. Mientras, Sánchez reta a Feijóo a seis debates cara a cara, porque se cree superior en unas batallas dialécticas que –por culpa de todos– parecen paridas por aquel coetáneo y antítesis de Pedro Mentiras, es decir, Pero Grullo.