Eleuteria
Pobreza
Llama la atención que la pobreza se esté disparando en medio del discurso triunfalista del Gobierno
La tasa de riesgo de pobreza y exclusión social (tasa AROPE) intenta medir tres tipos de situaciones económicas: los hogares con ingresos inferiores al 60 por ciento de los medianos; hogares con baja densidad en el empleo (que trabajan menos del 20 por ciento lo que podrían trabajar); y hogares con carencia material severa (que no pueden permitirse hacer frente al gasto de ciertos bienes y servicios fundamentales).
En realidad, las dos primeras situaciones no tienen por qué reflejar pobreza (no estoy diciendo que no la reflejen en muchos casos, sino que no tienen por qué reflejarla en todos): si con unos ingresos inferiores al 60 por ciento de los medianos o si trabajando poco son capaces de acceder a bienes y servicios básicos (por ejemplo, porque dispongan de ahorro o porque les sean proporcionados en especie), entonces no estaríamos hablando de pobreza entendida como privaciones sociales graves, sino de situaciones que habitualmente podrían ser conducentes a la pobreza. O al revés, el hecho de que los ingresos de un hogar superen el 60 por ciento de los medianos o que trabajen más del 20 por ciento de lo que podrían trabajar no es garantía de que no sean pobres, esto es, que no puedan acceder a los antedichos bienes y servicios básicos.
De ahí que el mejor indicador para atestiguar el grado de pobreza real dentro de una sociedad sea la ya mencionada «carencia material severa». Pues bien, en 2023 y según la Encuesta de Condiciones de Vida en España, la carencia material severa alcanzó su máximo histórico desde el inicio de la serie histórica (que arranca en 2004). Es más, algunos epígrafes son especialmente preocupantes: por ejemplo, el porcentaje de hogares que no pueden comer carne, pollo o pescado al menos una vez cada dos días se dispara al 6,7 por ciento (el máximo histórico de la serie y por encima del 3,7 por ciento previo a la pandemia); o el porcentaje de familias que no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada alcanza el 21 por ciento (el máximo histórico de la serie y muy por encima del 7,7 por ciento previo a la pandemia). Llama la atención que la pobreza se esté disparando en medio del discurso triunfalista del Gobierno de Pedro Sánchez sobre la marcha de la economía y sobre la ¡eficacia de su escudo social!
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