El trípode
El precio de la izquierda para la paz social y política
El pacto entre patronal y sindicatos abre un portillo a la oportunidad de reflexionar acerca del comportamiento de la izquierda social y política
La firma del reciente acuerdo entre la patronal y los sindicatos mayoritarios, es muy buena noticia, en especial en estos tiempos de tanta incertidumbre política, económica y social. Es de justicia reconocerles ser capaces de conseguir ese pacto que aporta estabilidad, tan necesitada de ella en tiempos como los actuales plagados de incertidumbres tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Que el Gobierno no fuera invitado al acto de formalización del acuerdo evita con acierto el intento de apropiación del éxito con fines partidistas y electorales al tiempo que evidencia que la paz social no es patrimonio del sanchismo como pretende hacer creer. Pero el pacto sí que abre un portillo a la oportunidad de reflexionar acerca del comportamiento de la izquierda social y política cuando son «los suyos» los que ostentan el poder, tan diferente de cuando es la derecha quien gobierna. Es oportuno plantear si este acuerdo hubiese sido posible en pleno año electoral como nos encontramos, en el caso de que el PP y Vox estuvieran gobernando y el sanchismo –PSOE, UP, IU, Sumar, ERC, PNV, EH BILDU, Compromis, BNG…– estuvieran en la oposición. De momento los empresarios han demostrado que por su parte sí que es posible, pero no es el caso de UGT y CC OO, auténticas correas de transmisión del sanchismo político, lubricadas con generosa financiación de los presupuestos generales del Estado. La presunción por desgracia no es favorable a ellos, vistos los precedentes que no escasean ni en la historia próxima ni en la lejana. Algo similar puede decirse de la izquierda política, socialista y comunista, por la estrecha vinculación que mantienen con las centrales sindicales, que es extensiva en la actualidad a formaciones como ERC y EH Bildu por intereses relativos a sus objetivos secesionistas que el sanchismo ampara. Es Historia de España la tóxica relación del PSOE y ERC con consecuencias muy graves para España, con el golpe de Estado revolucionario de 1934 contra el legítimo gobierno republicano de la derecha, con Asturias y Cataluña como desdichado ejemplo precursor de lo que sucedió 20 meses después en 1936. En 2003, el Tripartito catalán de socialistas, comunistas y republicanos selló en el Pacto del Tinell, el acuerdo para aislar al PP en toda España –donde gobernaba– y desencadenó el futuro procés con su nuevo Estatut. De EH Bildu, socio prioritario de Sánchez, sobran comentarios. Ahora todos ellos permanecen aletargados en el gobierno: Está por ver su reacción si el sanchismo es derrotado en diciembre. Tener el poder parece ser el precio que exigen para que haya paz social y política.
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