«De Bellum luce»
La revolución del PP que será un ajuste
No habrá una convención ideológica ni tampoco tienen prisa por convocar un Congreso Nacional del PP
La necesidad de ocupar cada día con contenido una realidad política secuestrada por el monotema de la negociación de Pedro Sánchez con sus socios para sacar adelante su investidura, y la falta de agenda parlamentaria de un Congreso también secuestrado por la necesidad de tiempo de Sánchez y sus socios, está ayudando a que se multipliquen las crónicas de papel sobre la supuesta revolución que prepara Feijóo en su partido para hacer frente a la nueva etapa. Dándose por hecho que esa nueva etapa es el inicio de un nuevo Gobierno de coalición.
La serpiente la alimentan un poco más los medios de izquierda porque les sirve para hacer que de las siglas populares suban vapores de inestabilidad y de necesidad de dar un golpe de timón para variar el rumbo, como tuvo que hacer Mariano Rajoy en 2008 para sobrevivir a su segunda derrota en unas elecciones generales.
Pero esta vez, Feijóo, y el PP, no han perdido las elecciones, si bien es cierto que no se han cumplido las expectativas y no conseguir derribar al «sanchismo» provocará cierto desgaste de la actual dirección entre la derecha. Ahora bien, en la cabeza del líder popular no está esa revolución de equipo e ideológica de la que tanto hablan algunos.
Las elecciones generales las ganó el PP. En las autonómicas y municipales, arrasó. Y confían en que la «normalización» de Vox en los gobiernos autonómicos sea la tumba de este partido de cara a futuros procesos electorales. Las promesas de traer el Paraíso a la tierra se sostienen mejor cuando se está en la oposición que cuando se tienen que convertir en órdenes que aparecen en los boletines oficiales autonómicos.
Por tanto, ajustes habrá, pero para cubrir las bajas que producen las elecciones en el comité de dirección, del que salen Carmen Navarro, Javier Maroto y Pablo Rollán, este último porque asume la Presidencia del Senado. Feijóo también tendrá que ajustar la estructura del partido a una etapa de oposición en la que será él, ya con escaño, el que lleve la voz cantante en el Congreso. Cuca Gamarra perderá uno de los dos galones que ostenta, no por alejamiento del líder, sino por eficiencia, o portavoz o secretaria general. Y Elías Bendodo se reubicará porque deja de tener sentido el puesto de coordinador general. Pero no habrá una convención ideológica ni tampoco tienen prisa por convocar un Congreso Nacional del PP. Habrá ajustes, sin más, y siempre que Sánchez siga en el poder.
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